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«Creo que el papel más difícil para ser representado en la escena es el de uno mismo, ya que la tendencia predominante (consciente o inconscientemente) es apuntar a mostrar sólo la mejor versión de uno mismo. Y aunque se dejen asomar las partes oscuras, por lo general se tiende a descafeinarlas, presentándose, como resultado final, sólo la punta del iceberg». (Agustín Núñez, fragmento de reportaje en el periódico El Espacio, de Colombia.)
En este largo tiempo de encierro mundial necesario y obligatorio, muchos optaron por vivir la reclusión como castigo. Otros, como el «alto» necesario para revisar su vida, reflexionar y, a partir de eso, marcar nuevos senderos. A unos los humanizó. Los volvió mejores seres. A otros, lo contrario. Y dentro de este primer grupo se encuentran miles, millones de artistas replanteando su postura y su vigencia en su momento y lugar.
En el sector del teatro en Paraguay, se desarrolló como nunca el sentimiento de solidaridad entre colegas, lo mismo que la imperiosa necesidad de expresar contenidos y formas surgidos en el claustro. En internet nos invaden expresiones, desde poemas y pensamientos hasta obras de teatro con actores y directores de diferentes latitudes que se amalgamaron en obras armadas en el espacio sideral, sin que coincidieran en la escena, como podemos creer que sucedió al ver el resultado final, ya ensambladas las partes.
Actores, dramaturgos y directores aceptan el desafío de la alquimia: purificar el castigo de este encierro convirtiéndolo en creaciones dramáticas. Uno de estos casos es el del equipo conformado por Sergio Núñez, Éver Enciso y Nataly Valenzuela, convocados por la actriz Ana Banks para armar entre todos un rico rompecabezas con los momentos resaltantes que marcaron su vida. Así, luego de meses de ensayos, combinando lo virtual y lo presencial, surge Mi decisión, espectáculo valiente que, cual ritual artaudiano, convoca seres y recuerdos, honrando el hecho de estar vivos.
Valenzuela y Núñez habían compartido dirección en Madrid (2019), obra centrada en los recuerdos de niñez y juventud de Roberto Cardozo, sobre todo en la relación con su madre, que, con una inmensa cantidad de tiras de tela que iban amarrando y desamarrando momentos de la historia, se desarrollaba entre dos polos conformados por una antigua máquina de coser (mundo de la madre) y una silla situada a distancia (mundo de Roberto). Como fuente y fuerte lenguaje expresivo, recurrieron al flamenco.
En el caso de Mi decisión, la elaboración del guión estuvo a cargo de Nataly Valenzuela, que comparte la dirección con Éver Enciso. Sergio Núñez asumió el acondicionamiento físico de la actriz y la dramaturgia corporal. El dispositivo escénico, siempre minimalista, acondiciona microespacios donde se encuentran un pequeño estante con pertenencias de su juventud, un porta-tereré con su equipo, una caja pequeña de recuerdos al lado de una silla rústica y, como elemento principal, un gran tótem-tambor que, además de matizar el mundo sonoro de la obra, en ciertos momentos funciona como caja de resonancia de sentimientos, recuerdos y acontecimientos, y encarna el hecho de haber sido su coraza y su voz de lucha reclamando causas justas. Las tiras de tela de Madrid ahora se convierten en fragmentos significativos de cintas, de pequeñas banderas, de adornos rituales, piezas que se le van adhiriendo de acuerdo al desarrollo de la trama. Destaque especial merece el delicado y preciso trabajo de iluminación a cargo de Martín Pizzichini.
«Soy mujer, lesbiana, actriz, católica, feminista y bipolar curada, que es lo único de lo que me pude curar, aclaro luego ya de entrada por las dudas. En un mundo revuelto como este, mejor nomás empezar diciendo la verdad. O por lo menos mi verdad. Ana Rosa Guggiari Banks, me presento, mucho gusto».
Con estas palabras, Ana inicia un profundo y difícil viaje a su interior y su historia. Lo que en términos brechtianos podríamos llamar «el recurso del final anticipado», permitiéndonos ir reconstruyendo con deleite y precisión fragmentos compartidos de su vida y transitando con mucha fluidez por los que, sin lugar a dudas, fueron sus momentos más significativos. Su entorno familiar de única hija mujer criada en un ambiente de valores machistas con siete hermanos varones, el apoyo incondicional de su madre en los momentos difíciles, el ejemplo del padre escultor, su juventud de campeona de hockey, el accidente que le impidió seguir… Los momentos de euforia seguidos de duras crisis depresivas. El permanente bullying por sus rasgos de personalidad. Su precoz embarazo en medio de la búsqueda de su identidad sexual y la decisión de su madre de enviarla a Buenos Aires durante el tiempo de gestación para protegerla de las críticas de la sociedad pacata de la época. La llegada de Paola, su hija, y el maravilloso cambio que trajo a su existencia. Los momentos clave de su vida se van ensartando con precisión y cuidado de fino orfebre, mientras demuestra su gran capacidad profesional al sorprendernos con gestos y miradas y con el encanto de su aterciopelada voz. Mi decisión es un espectáculo fuerte, valiente y sincero, enmarcado en un rigor profesional impecable.
«En este mundo cuadrado y violento que nos lleva a ser lo que no somos para construir lo que no queremos a mí me llamaron LOCA miles de veces y no precisamente por la enfermedad. Me trataron así porque no me acostumbro ni me resigno a vivir como los demás. Hoy también soy militante en esta lucha feminista. Hoy marcho por mis amigas, por mis compañeras y por todas las mujeres. No nos ganan el odio, ni el egoísmo, ni la discriminación. Este es un canto de alegría y esperanza. ¡Porque a pesar del dolor hay triunfo! ¡Porque tengo la dicha de seguir agradeciendo que estoy VIVA! ¡Que nadie nos robe la fuerza y la fe! ¡Nuestros sueños nos pertenecen!»
Ficha técnica
Actriz: Ana Banks.
Dirección general: Nataly Valenzuela y Ever Enciso.
Dramaturgia: Nataly Valenzuela.
Composición musical: Rolfi Gómez.
Diseño gráfico: Hugo Matto.
Diseño de vestuario y elementos escenográficos: Carmen González.
Diseño y operación de luces: MP Iluminación Escénica - Martín Pizzichini.
Acondicionamiento y dramaturgia corporal: Sergio Núñez.
Producción general: Kamanga PRO.
Maquillaje en escena: Nadia Capdevila.
Fotografía: Dani González.
Mi decisión contó con el auspicio del Centro Cultural Paraguayo Alemán.
*Dramaturgo y director de teatro, cine y televisión.