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Steve Clay Wilson fue uno de los historietistas underground más escandalosos de todos los tiempos. Creó viñetas totalmente salvajes, desbordantes de sexo y violencia. Nos presentó a los piratas más depravados de los siete mares en Captain Pissgums and His Pervert Pirates (1968) y a un demonio invencible, vividor y hedonista en la serie The Checkered Demon (1968-1994). Ilustró novelas de William S. Burroughs y de Ken Kesey y sutilmente oscuros relatos de Hans Christian Andersen e hizo una debidamente escabrosa adaptación de los cuentos de hadas de los hermanos Grimm.
Nacido en 1941 en Lincoln, Nebraska, Wilson creció en un vecindario conflictivo y uno de sus compañeros de escuela –unos años mayor que él–, el asesino en serie Charles Raymond Starkweather (24 de noviembre de 1938 - 25 de junio de 1959), murió ejecutado en la silla eléctrica.
Steve Clay Wilson publicó sus dibujos por primera vez en un periódico interno de la universidad de Nebraska cuando era estudiante de arte y antropología en sus aulas. La gran lección de la obra de Steve Clay Wilson está en su capacidad de cruzar todos los límites, incluidos los del buen gusto. Su audacia artística era tan enorme que hasta el desbocado Robert Crumb declaró que, cuando vio los cómics de Wilson, ante ese nivel de caos su propio trabajo le pareció insípido. Después de que hayas leído los cómics de Steve Clay Wilson, ya nada podrá sorprenderte. Su desenfreno es capaz de demostrarle a cualquiera, por lejos que haya llegado y por transgresor que se sienta, que se sigue censurando. Steve Clay Wilson murió el domingo pasado a los 79 años de edad. Sin él, el mundo es un poco menos libre.