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Este año del centenario de nacimiento de Susnik (Medvode, Eslovenia, 1920-Asunción, Paraguay, 1996), buscan integrar obras de artistas, escritores e investigadores latinoamericanos que se hayan ocupado de su figura en textos de ficción, poesía, artículos académicos, pintura, dibujo, video, cine, etcétera. Todas las propuestas son bienvenidas, nos dice el equipo, que evaluará las posibilidades de integrarlas a las actividades, así como las posibles colaboraciones que surjan de las mismas y la posibilidad de financiar proyectos de nuevos trabajos. Los interesados en responder a esta convocatoria o hacer más consultas sobre la misma pueden escribir a: polonafatur@gmail.com, con el asunto: «Branislava».
El proyecto, nos escriben, se propone investigar la doble identidad, la doble pertenencia y la doble importancia de la obra de Branislava Susnik en los ámbitos culturales de Eslovenia y Paraguay. Nos cuentan que el equipo de trabajo se formó el año pasado en Medvode y que lo integran Barbara Pregelj y Ales Cigale, ambos de la editorial Malinc, de Medvode (www.malinc.si), el artista y autor uruguayo-esloveno Francisco Tomsich y la antropóloga y documentalista Henrike von Dewitz. En el 2019, publicaron una encuesta representativa de la población de Medvode para evaluar hasta qué punto Branislava Susnik es conocida en su ciudad natal y qué monumento imagina la gente que podría representarla, y realizaron una muestra en la Biblioteca de Medvode, traducciones, conversaciones con expertos, toma de contacto con familiares, amigos y colegas de Susnik y una publicación con imágenes y textos de diversa índole (https://branislavasusnik.wordpress.com/2020/04/05/9-medvode-2019/) sobre el desarrollo del proyecto, entre otras actividades.
Este año, la convocatoria pública invita a participar a los interesados que hayan trabajado en torno a Susnik tanto en Paraguay como en Eslovenia. Debido a la pandemia de Covid-19 y las medidas tomadas en ese país, la segunda muestra, planeada para marzo en Medvode, y la publicación de un libro más exhaustivo, han sido pospuestas. Pero una selección de los materiales reunidos se está publicando, a razón de uno por día, desde el 28 de marzo (fecha del nacimiento de Branislava Susnik) hasta el 28 de abril (fecha de su muerte)
en el sitio: branislavasusnik.wordpress.com y redes sociales (Twitter, Instagram, Facebook) asociadas. La selección comprende textos inéditos (en varios géneros y formatos: testimonio, artículo, ensayo, memoria), imágenes, documentos, producción audiovisual. Los autores son artistas, escritores e investigadores de Eslovenia y Paraguay. Un abanico de miradas, en suma, sobre la vida y la obra de Susnik desde varias disciplinas, sin evitar aspectos poco estudiados y tratando de desmontar lugares comunes y de aportar múltiples enfoques.
Personalmente, aun cuando encontramos el proyecto, a fuer de inclusivo, irregular en lo tocante al interés y la calidad de los materiales que lo integran, entendemos, por supuesto, que esto es coherente con el fin, señalado por los organizadores en sus comunicaciones con nosotros, de brindar una multiplicidad de lecturas, lo más amplia y variada posible. Entre los materiales publicados en branislavasusnik.wordpress.com, cabe destacar, por diversos motivos –valor testimonial, buena escritura, datos relevantes, entre otros, según cada caso–, las entradas «Ljubljana, 1938» (https://branislavasusnik.wordpress.com/2020/03/30/3-ljubljana-1938/), que someramente da cuenta de lo que aparentemente son las dificultades para encontrar datos personales de la antropóloga eslovena y menciona de paso los aportes del escritor, editor, traductor y crítico literario esloveno Tine Debeljak (1903-1989) sobre ella, «Lambaré, 2020» (https://branislavasusnik.wordpress.com/2020/04/ 13/17-asuncion-2020/), memoria de una apenas entrevista Branislava Susnik como espectral y excéntrica extranjera en la Asunción de los años 80 a través de los ojos de un escritor paraguayo, Cristino Bogado, entonces estudiante del Colegio Nacional de la Capital, y, en especial, «Sankt Jakob im Rosental, 2020» (https://branislavasusnik.wordpress.com/2020/04/11/15-izola-2019-2020/), entrada en la cual la hermana Ursa Sebat, de la Comunidad Religiosa de las Hermanas Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey, recoge noticias transmitidas de una generación a otra y recuerdos directos de Branislava Susnik que se conservan vivos en su congregación, incluyendo una breve semblanza de la desaparecida investigadora escrita por la hermana Carmelita Villalba, que, cuando era una joven estudiante de Magisterio y aspirante a la vida religiosa en la década de 1950, conoció personalmente a Branislava Susnik. Pero, huelga decirlo, esta es solo nuestra selección; cada lector –de gustibus non est disputandum– tendrá la suya. «Moradas de Branislava Susnik» es un proyecto abierto e independiente que sigue trabajando en nuevas formas y operaciones a llevarse a cabo a lo largo del 2020.
A Branislava Susnik no le gustaba hablar de sí misma
A Branislava Susnik no le gustaba hablar de sí misma. A Tine Debeljak, que fue el primero que en 1958 escribió sobre ella y siguió haciéndolo en varias ocasiones, le «respondió enviándole solo su bibliografía, tal como la lleva la administración del museo». Pero no le facilitó sus datos biográficos. De modo que, escribe Debeljak, «en su biografía no puedo referirme a ellos, por lo cual estoy obligado a lo que recuerdo de ella de nuestros encuentros en Roma».
En: https://branislavasusnik.wordpress.com/2020/03/ 30/3-ljubljana-1938/)
Del único encontronazo con la extravagante y célebre
En 1983, quizá 1984, he ingresado al museo Andrés Barbero, sito sobre la calle España (entonces se llamaba aún Generalísimo Franco o General Genes), estoy solo, no me cruzo con nadie, según mi corta memoria debía de ser de mañana, tipo 10 am, voy deslizándome por los recovecos, entonces se ingresaba por la puerta principal y creo que todo estaba montado en la planta baja y sin mayores preámbulos para el acceso, hoy una verja impide el paso y previo toque de timbre se llega por una rampa al primer piso, donde están acondicionados la biblioteca y el museo propiamente dicho.
De repente, de la nada surge un ser huidizo y al mismo tiempo decidido, se me planta con su ropa talar de típica viejita diabética parawayensis y me compele a salir del lugar, como si hubiera transgredido alguna norma interna, no atino a dar justificativos, estoy sorprendidísimo, no sé quién es la madame furibunda, me huelo que me ha confundido con algún pyragüé, soplón gubernamental, sí, yo, un colegiante del Nacional de la Capital de 13 años, le parezco un soplón-adolescente, no me queda otra que obedecer y a la calle.
Es todo mi recuerdo, mi único encontronazo con la extravagante y célebre antropóloga eslovena Branislava Susnik.
Claro, recién mucho después, cuando empecé a leerla en fotocopias borrosas, supe que aquella aparición era la mismísima directora e investigadora principal de la fundación Barbero, la señora Susnik.
Para pintarla, repito acá dos muestras de lo que la doxografía asuncena ha difundido sobre ella, y que dan una idea de su carácter fastidioso para la comunidad intelectual local: dicen que Cadogan, editor de los cantos ava-guaraní conocidos como Ayvu Rapyta, una vez la amenazó. Y la última, de mi propia cosecha y aventura personal. Tropezando con el antropólogo jesuita Bartomeu Melià en un vernissage realizado en algún museo hegemónico en el país, le propuse, en plan editor sobrado, que sería muy guay una reedición crítica con aparato profuso de notas a pie de página y un estudio introductorio sesudo y entusiasmado de la obra completa de Susnik y que lo veía a él capacitado para tan hercúlea tarea; Melià me cortó en seco diciéndome que veía tal empresa difícil y superflua, y el motivo que me endilgó fue que «escribía muy mal» (casi sic).
(En: https://branislavasus- nik.wordpress.com/2020/04/13 /17-asuncion-2020/)
Breve semblanza de la doctora Branislava Susnik
Soy la hermana Carmelita Villalba. En aquel entonces, yo era una joven estudiante de Magisterio y aspirante a la vida religiosa en la Cruz Roja Paraguaya.
Era en la década de los 50. En ese entonces la Superiora de la Comunidad Religiosa de las Hermanas Educacionistas Franciscanas de Cristo Rey era una hermana croata, la hermana Noema Jevac.
Tengo entendido que Branislava Susnik era una compatriota de algunas hermanas, ahora no sé, si era croata o eslovena, la llamaban la doctora y cariñosamente Branka, era muy allegada a las hermanas.
Recuerdo que era una mujer de mediana estatura, de cutis blanco, de pelo castaño y corto, una mujer muy ágil y activa, despabilada.
Usaba o vestía de dos piezas: pollera y blusa de un color beige o marrón clarito y calzaba mocasines. Aparentaba ser una mujer inteligente de vasta cultura.
Tengo entendido que era una antropóloga con muchas investigaciones científicas.
Era autora de varios libros concernientes a la antropología, tratados sobre la antropología de los pueblos originarios de América, específicamente del Paraguay. Fundó el museo Antropológico Andrés Barbero, sobre la calle España casi Tacuarí.
En una oportunidad la hermana Noema le solicitó que nos brindará una clase de refuerzo de álgebra. De ahí fue también mi profesora ocasional. Recuerdo también que fumaba mucho cigarrillo.
Nunca me ocupé de saber su estado civil, tampoco su religión. Pero sí la admiraba por su sencillez, su cultura, su abnegación en el campo de la investigación. Ha dejado en el Paraguay un riquísimo legado en el campo de la antropología.
Esto puedo aportar algo; la recuerdo como un sueño, ya pasaron los años.
(En: https://branislavasus- nik.wordpress.com/2020/04/11 /15-izola-2019-2020/)