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En la historia de ese fenómeno cultural tan típicamente ilustrado que son las exploraciones científicas realizadas desde el siglo XVIII por América, un brillante capítulo corresponde a la expedición del naturalista y geógrafo prusiano Alexander von Humboldt (Berlín, 1769-1859) y el médico y botánico francés Aimé Bonpland (La Rochelle, 1773-Argentina, 1858), aventura que duró cinco años, de 1799 a 1805, y quedó ricamente registrada en los treinta volúmenes del Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente.
Humboldt y Bonpland son dos figuras centrales de la Modernidad. Aimé Goujaud heredó el apodo de su padre –deformación de «bon plant» a la que, a fuer de notable botánico, haría honores– y años más tarde de aquel viaje con Humboldt regresó a América y vivió en Paraguay, donde sus amigos –entre los que no se contaba el Doctor Francia– lo llamaron, bellamente, Karaí Arandú, «Señor Sabio». Siendo ambos fascinantes por diversos motivos, el más conocido de los dos es el barón de Humboldt –hermano del erudito lingüista Wilhelm, padre de la filología comparada–, llamado por sus contemporáneos el «nuevo descubridor de América» y que, en las numerosas actividades que se organizan en todas partes del mundo por el 250 aniversario de su nacimiento, da nombre a este 2019: el Año Humboldt.
En nuestro país, la Facultad de Ciencias Químicas de la UNA y la Sociedad Científica del Paraguay se suman a estas conmemoraciones con el III Congreso Internacional e Interdisciplinario Humboldt-Bonpland, que se realizará en Asunción del 29 de julio al 1 de agosto y que se propone como un espacio de discusión interdisciplinario en torno al legado de ambos naturalistas y su contexto político e histórico.
Organizado en conjunto con la Asociación Humboldt de Alemania, la Asociación Bonpland de Francia y la Asociación Cultural Bonpland de Corrientes, Argentina, y con apoyo de las embajadas de Alemania y de Francia en Paraguay, el Congreso reúne a investigadores y estudiosos de varios países y entre sus secciones incluye: «Humboldt y Bonpland en América (siglo XIX)», «Paraguay en tiempos de construcción: política y ciencia (siglo XIX)», «Ciencia y científicos en Paraguay y el Río de la Plata (siglo XIX)», «Herencias jesuíticas, herencias indias (siglos XVI-XX)» y «Perspectivas y percepción actual de Humboldt y Bonpland en Paraguay».
Algunas intervenciones tendrán traducción simultánea. El lunes se esperan, entre otras, las de Stephen Bell (UCLA): «Alexander von Humboldt and Aimé Bonpland after 1816: Cooperation and friction in a scientific partnership»; Brigitte Baptiste (Universidad Javeriana de Bogotá): «Del viaje de Humboldt a los viajes del Instituto Humboldt: 200 años de exploraciones en biodiversidad»; Luiz Antonio de Assis (Universidad Católica de Río Grande do Sul): «Bonpland y Rio Grande do Sul»; Mariano Di Pasquale (Conicet): «La inserción de Bonpland en el Instituto Médico Militar de Buenos Aires»; Margarita Ortiz, Aurora Arbelo y Abel Bresso (Asociación Cultural Bonpland): «Humboldt y la perspectiva sistémica de la naturaleza» y Alexander van Wickeren (Universidad de Köln): «Demystifying Humboldt: Agricultural enlightenment and Tobacco Cultivation in the Early 19th century Atlantic World». El martes, entre otras, las de Cédric Cerruti (Universidad de La Rochelle): «Balance biobibliográfico: Bonpland y Paraguay»; David Guevara (Fundación Yayetopa, Paso de los Libres, Corrientes): «Bonpland, sus cartas, manuscritos y registros del catálogo geológico en el itinerario de su quimera del azogue o mercurio, en Paraguay y Argentina»; Bruno Vallejos (UNNE): «Colaboración de Bonpland en la elaboración de proyectos productivos en la Provincia de Corrientes»; Lucía Rossi (UBA): «La política discursiva de Bonpland»; Fred Stauffer (Jardín Botánico de Ginebra): «Contribución de Humboldt y Bonpland al conocimiento botánico neotropical»; Sabrina Soares, Luan da Silva, José Miranda de Melo y Fernanda da Silva (Universidad Federal de Pernambuco / Universidad Estatal de Paraíba): «El herbario histórico de Humboldt y Bonpland y sus contribuciones al género Sida (Malvaceae)». El miércoles, entre otras, las de Cécile Aupic (Museo de Historia Natural, París): «Las colecciones históricas del herbario de París en la botánica moderna, especialmente en América del Sur»; Ignacio Telesca (Conicet): «De “indios” a “ciudadanos”. Santa María entre las dos visitas de Bonpland»; Lucía Rossi y Mariana Bouza (UBA): «La conexión Humboldt Bonpland Thays: viajes, cartografía y otra yerba»; Hans Christoph Buch (escritor y periodista freelance): «Alexander von Humboldt and Toussaint Louverture»; Hérib Caballero Campos (SocPy): «El claustro del Sabio. El Paraguay en que vivió Bonpland»; María Ferrucci, Myriam Peichoto y María Puigbó (Conicet): «Bonplandia: homenaje a Aimé Bonpland»; Benjamín Barán, César Oviedo y Michel Osvaldo (UNA): «Algoritmos evolutivos. Bases biológicas y aplicaciones en la resolución de problemas de optimización multiobjetiva en la industria química»; Juan Ignacio Bonpland (Asociación Cultural Bonpland): «Puesta en valor patrimonial del Recreo». Hay muchas otras conferencias interesantes previstas, pero esta selección aleatoria da una idea de la riqueza y variedad de temas y enfoques del Congreso. La lista completa de títulos, ponentes y horarios puede descargarse aquí: http://sociedadcientifica.org.py/wp-content/uploads/2019/07/Programa-y-libro-de-abstracts.pdf
Esta riqueza y variedad de temas y enfoques es adecuada a la amplitud de las repercusiones del trabajo de los dos naturalistas en el ámbito intelectual y científico y aun en la producción literaria y artística contemporánea y posterior a ellos. Sabido es que la fábula del científico y explorador francés consagrado en tierras americanas a su peculiar tarea histórica –trasponer a su propio sistema de signos el habla sin codificar de las selvas, los ríos, la vida del Nuevo Mundo–, tarea simbolizada en su encuentro con la india Nunu, es el motivo de aquel famoso poema de Juan Gelman que dice:
«…y aquí el francés Bonpland botánico
buscaba asclepias lirolensis
o chinchonas acaridesas
encontró en cambio las ignotas
caras o rostros del amor
a la india Nunu de los zambos
junto a la boca del Orinoco…»
He ahí a Bonpland en los versos de «El botánico» (Fábulas, 1971), que es un poema de amor y un poema de exilio, dos caras –el exilio y el amor– de una experiencia muy propia de los viajeros, el encuentro, que consiste en transformarse y transformar. Humboldt, por su parte, supo convocar artistas –Schick, Koch, Gmelin, Thibaut y otros, todos pintores de renombre en su época– capaces de dar a sus memorias, apuntes y esbozos formas acordes con el ideal de la belleza clásica: con la fama de Humboldt no solo proliferaron las excursiones científicas nacidas con la Ilustración –hubo artistas que emprendieron viajes porque habían leído a Humboldt, como el pintor estadounidense Frederic Church–, sino que arte y ciencia se hermanaron. Humboldt y Bonpland tradujeron lo desconocido al vocabulario vigente como universal en su época, y al hacerlo «contaminaron» inevitablemente ese vocabulario con un léxico nuevo.
Siempre es un acierto abrir espacios de debate interdisciplinario, y en el caso de dos figuras tan polifacéticas como Humboldt y Bonpland lo es doblemente. También es un acierto la reunión, con sus vidas y obras y su aventura científica conjunta, de ambos colegas y amigos como tema de este Congreso, reunión que ojalá auspicie el inicio de un conocimiento más acabado y una mejor valoración del segundo, tradicionalmente relegado a un rincón un tanto oscuro e injustamente tratado en su momento por el gobierno de Paraguay, injusticia que merece estudio y reparación.
juliansorel20@gmail.com