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A criterio del profesional es fundamental agilizar la logística terrestre actualmente, teniendo en cuenta la incertidumbre generada por la bajante de los ríos que podría afectar seriamente el comercio exterior.
“El Paraná subió un poquito por una coyuntura del Brasil ante una necesidad de energía pero esa no es una solución real”, enfatizó Pastore, debido a que este cauce necesita de importantes precipitaciones para que se pueda favorecer a la navegación.
Lo mismo ocurre con el río Paraguay que corre el riesgo de llegar a las bajantes históricas, al igual que el año anterior. “Mientras no lleguen las aguas del Pantanal del Brasil será imposible contar con un calado suficiente”, refirió el representante de Capeco.
Explicó que para la siguiente campaña podrían existir problemas con los convoyes porque podrían darse atrasos en la navegación. “Una barcaza navega con 70% de su capacidad nominal y eso genera sobrecostos y una ineficiencia porque el transporte se hace más lento”, dijo.
En este sentido, cuando el nivel de los ríos no es el indicado, en vez de tardar 10 días de llegar a destino, el viaje puede tardar 30 días, lo que genera mayores gastos en la operatividad.
Un millón de toneladas sin salir
Pastore contó que actualmente existen cerca de un millón de toneladas de la oleaginosa que deberán salir por nuestros ríos en los meses de setiembre, octubre y noviembre, a pesar de que aún no están los números del mes de agosto.
A criterio del profesional, la huelga de camioneros también generó sus inconvenientes en la industria que no pudo movilizar sus granos. “Uno viene acumulando ineficiencias y sobrecostos de toda la campaña”.
Finalmente, argumentó que es necesario desburocratizar el paso por el Puente de la Amistad.