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Newton Oller de Mello, consultor del FMI, resaltó el modelo paraguayo de facturación ya que, según explicó, incorpora las experiencias de otros modelos de la región, de países que pasaron por esta misma transición.
“Tomar esas experiencias, algunas buenas y otras malas, sirvieron de aprendizaje para diseñar un modelo apropiado a las necesidades del país, sostuvo el profesional.
Acotó que este es uno de los más modernos, completos y seguros en cuanto a sistemas de facturación, que contó con participación de cerca del sector privado, con aporte de recomendaciones y experiencias, logrando un gran producto, acorde a lo que el sistema requiere.
Por su parte, Jairo Lemus, consultor del BID, agregó que la riqueza de este modelo radica justamente en la participación de los actores claves o de la parte interesada en este proceso.
“Estas discusiones permitieron estructurar un modelo adecuado, lo que es el factor clave del éxito de este sistema”, afirmó Oller, quien detalló además las ventajas y oportunidades que la implementación de facturas electrónicas representará para las empresas en cuatro principales dimensiones. Explicó que en la dimensión tributaria traerá reducción de costos, simplificación de las obligaciones tributarias y mejora del ambiente de negocios.
En cuanto a la dimensión tecnológica, refirió que la implementación de la facturación electrónica representa para las empresas una innovación, accesibilidad a la información y uso de nuevas tecnologías, mientras que la dimensión comercial trae la integración electrónica de cadenas, simplificación de los procesos, seguridad y disponibilidad de la información, trazabilidad de las operaciones. En todos los casos, las 14 empresas habilitadas para emisión del comprobante electrónico podrán decidir la metodología de aplicación con sus clientes. Solo en el primer día de implementación, ya se emitieron 80 comprobantes electrónicos, refirió a su vez Lemus.
Hay que señalar que para el profesional que es contribuyente de Renta Personal o IVA existe la modalidad de “factura virtual”, que se diferencia de la electrónica al poseer solo validez tributaria para sustentar los gastos deducibles. En cambio, la factura electrónica permitirá dar una validez jurídica plena por está firmada digitalmente y sirve para los procesos civiles, comerciales y penales.