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Señaló que diversos estudios estiman un déficit de infraestructura en Paraguay de alrededor de US$ 23.000 millones. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otros reportan que el déficit llega incluso a los US$ 30.000 millones. “De cualquier modo, el desafío de los próximos años es mantener los niveles de inversión e incluso intentar que se acerquen al 5% del Producto Interno Bruno (PIB)”, afirmó.
Seguidamente, indicó que en el informe “La brecha en infraestructura en América Latina y el Caribe” del BID y publicado el año pasado, se reporta sobre las necesidades mínimas que tiene el país para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible 2030. En él se menciona, por ejemplo, que es necesario invertir en acceso a agua potable un aproximado de US$ 1.900 millones; para acceso a saneamiento, US$ 2.400 millones; en rutas y caminos, alrededor de US$ 8.300 millones; en generación y transmisión de energía, otros US$ 3.800 millones, y mucho más.
Por otra parte, destacó el efecto multiplicador que tiene la obra pública, dando tracción a diversos otros sectores igualmente generadores de empleo. “La construcción es el sector que más efecto derrame sobre la economía provoca, y cuando su desempeño se resiente, toda la economía lo hace”, dijo.