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“Cumplir 50 años refuerza su compromiso con el futuro, transformando vidas a través de la salud visual”, enfatiza Román, quien añade que “alcanzar medio siglo de servicio, refleja un compromiso constante con la prevención y tratamiento de enfermedades visuales, lo que ha mejorado la calidad de vida de miles de personas e indica que la Fundación ha mantenido su propósito de apoyar a las comunidades más vulnerables, brindando servicios accesibles y ha formado a numerosos médicos que realizaron su residencia médica, aprendiendo de los mejores doctores de nuestro país”, destaca al recordar estas cinco décadas de existencia de la fundación, el presidente del Consejo Directivo, el ingeniero Osvaldo Román.
Acerca de los cambios tecnológicos, médicos y sociales en el ámbito de la oftalmología, refiere el ingeniero que constituyen un desafío permanente, y la Fundación mostró la capacidad de adaptación, consolidándose como referente en el sector.
En estas cinco décadas la institución pasó por procesos de innovación constantes. “Hubo avances en la adopción de nuevas técnicas y tratamientos, y equipos médicos de última generación, posicionando al Banco de Ojos como una institución pionera en su campo”.
Añade que esto “sin duda alguna el crecimiento fue sustancial. Se tienen fichas médicas de más de 70 mil pacientes. Al año se tienen alrededor de 17 mil consultas, unas mil cirugías de cataratas, más de 4 mil estudios especiales, un plantel de 42 médicos con altísima formación, en todas las especialidades, residencia médica, un plantel permanente de diez personas y con un Consejo Directivo con ocho titulares y tres suplentes, siendo estos cargos sin remuneración alguna”, detalla el ingeniero.
El Banco de Ojos se convirtió en referencia de la especialidad con la incorporación de equipos de vanguardia. Según el ingeniero Román, “en términos de nuevos equipos médicos es constante la incorporación; meses atrás recibimos una importante donación de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, consistente en un microscopio y un facovitrector, este último único en el país. Hoy contamos con dos salas quirúrgicas modernas, habilitadas por el Ministerio de Salud Pública”, describe.
La institución también superó varios obstáculos. No obstante, surgen desafíos permanentes como “la falta de conocimiento sobre la donación de córneas que genera prejuicios y reducen la cantidad de donantes, por lo que sensibilizar a la población sobre este acto altruista es un reto importante”.
Otro desafío constituye la renovación permanente de los equipos médicos, los que tienen un alto costo, y de no contar con donaciones, se vuelve difícil. También, llegar a comunidades rurales o marginadas con servicios oftalmológicos especializados es complejo debido a la falta de infraestructura y recursos.
La incidencia de patologías visuales va en aumento así como la demanda de oftalmólogos de ciertas especialidades, por lo que es clave incentivar en las universidades la formación de las especialidades que cuentan con escasos médicos.