Fiesta Patronal de la Virgen del Rosario

La Virgen de las victorias

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Virgen del Rosario
Virgen del RosarioArchivo, ABC Color

La devoción a la Virgen del Rosario coincide con el origen de la Iglesia católica. Le atribuyen a su milagrosa intercesión las victorias en batallas históricas. La fecha instaurada para honrar a la advocación mariana, el 7 de octubre, coincide con el aniversario de la batalla de Lepanto.

La devoción a la advocación mariana se remonta a principios de la Iglesia católica, según los datos históricos. En aquel entonces los cristianos rezaban los salmos como lo hacen los judíos y los laicos intentaron imitar a los monjes, pero nunca pudieron hacerlo, puesto que rezaban 150 salmos.

Ya en el siglo IX, en vez de salmos, en Irlanda adoptaron la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar los Avemarías rezados, una práctica que pronto se extendió por toda Europa.

Hacia el año 1208, en la capilla del monasterio de Prouilhe de Francia, la misma Virgen del Rosario se apareció ante un sacerdote católico de nombre Domingo de Guzmán y le enseñó a rezar. Luego fue santificado.

Años más tarde, Domingo de Guzmán les enseñó a rezar a los soldados que pelearon la batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la intercesión de la Virgen.

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En agradecimiento por el milagro, Simón IV de Monfort erigió la primera capilla en honor de la Virgen del Rosario, según la historia.

La devoción hacia la Virgen decayó por un tiempo, hasta que el beato Alano de la Rupe escribió un libro en el que se recogían relatos sobre los milagros obrados por el rezo del rosario y las promesas que la Virgen había expresado a Santo Domingo de Guzmán.

En el siglo XVI San Pío V instauró el 7 de octubre para homenajear a la advocación mariana, que coincide con el aniversario de la batalla de Lepanto, en 1571. La denominó Nuestra Señora de las Victorias y se creó una letanía de la Virgen con el título: Auxilio de los cristianos.

El sucesor de San Pío V, Gregorio XIII, cambió el nombre de su festividad al de Nuestra Señora del Rosario. Esta decisión fue por la victoria de la batalla de Temesvár, en 1716, atribuida a un milagro de la Virgen por Clemente XI. Luego el Vaticano ordenó que su fiesta se celebre por la Iglesia Universal.

León XIII, apodado Papa del Rosario por su devoción a la Virgen, escribió unas encíclicas referentes al rosario en las que consagró octubre como el mes del rosario e incluyó el título de Reina del Santísimo Rosario en la Letanía de la Virgen.