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VILLETA (Higinio R. Ruiz Díaz, corresponsal). Una fiesta patronal totalmente diferente vive la comunidad católica de esta ciudad, debido a la pandemia por el coronavirus. Cada año cientos de fieles se congregan alrededor de la protectora espiritual, la Virgen del Rosario, pero ahora todo está restringido.
Este año la fiesta de la Virgen del Rosario será diferente, debido a que la gente no podrá venir a visitarla. Ella se irá a saludar a las familias y es por eso que no se hará la misa por la mañana, sino se realizará una recorrida por los barrios de la ciudad y por la noche una celebración con todas las medidas sanitarias, explicó el párroco de Villeta, presbítero Ednaldo Almeida Da Silva.
En la ciudad existen 42 capillas, pero hoy serán visitadas solamente 11 de las más cercanas al templo parroquial. El cura anunció que el último domingo de octubre saldrán a recorrer en las compañías, teniendo en cuenta que este distrito es el más extenso del departamento Central.
Impacto
El sacerdote reflexionó que la pandemia por el covid-19 que obligó al Gobierno central a disponer cuarentena en nuestro país, deja cosas positivas, como el hecho de que muchas familias se reintegraron. El ‘quedate en casa’ sirvió para analizar la situación de muchas familias, acotó.
“El quedarse en casa sirvió a muchas familias para analizar el estado en que se encontraban y se dieron cuenta de que las relaciones estaban débiles y lograron fomentar la unidad y reintegrarse como núcleo, porque muchas estaban desintegradas”, indicó el sacerdote.
Reconoció que la cuarentena en otros casos tuvo un efecto contrario, ya que muchas familias se desintegraron por los problemas económicos o la falta de diálogo entre los padres e hijos. En ese contexto, instó a refugiarse en la Madre de Dios para salir adelante.
También analizó la realidad en la que viven los jóvenes de esta ciudad. Aseguró que muchos están desorientados por varias razones, como la falta de diálogo en el hogar, la falta de estudios y de fuentes de trabajo. En esta realidad caen con facilidad en los vicios, comentó.
“Estamos en un mundo de consumismo y cuando no educamos bien a los jóvenes, se pierden fácilmente. Ahora, con la pandemia, la situación se agrava porque no hay trabajo y pocos estudian. El chico que quiere algo y no tiene cómo adquirir recurre a la delincuencia, tiene que robar, mientras otros se echan a los vicios de las drogas”, expresó el presbítero Almeida.