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Qué tienen en común el primer satélite suizo enviado al espacio, el primer globo que dio la vuelta al mundo sin escalas y el Proyecto Cerebro Humano –un ambicioso proyecto europeo que intenta reproducir el cerebro humano en una computadora?
Detrás de cada una de estas enormes hazañas científicas hay investigadores y estudiantes de una institución: La Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), sobre las costas del Lago Lemán en el cantón de Vaud, en la Suiza francófona.
La EPFL se especializa en ciencia y tecnología. Es una de las mejores universidades del mundo en ambas áreas y atrae académicos de renombre internacional. Con la Escuela Politécnica de Zurich (ETH Zúrich), el otro instituto federal de tecnología de Suiza, forman uno de los tres pilares de la educación superior del país, junto con las universidades e institutos de ciencias aplicadas.
Estudiantes de la EPFL también participan de las pruebas finales en California, Estados Unidos (foto superior derecha) en una prueba Hyperloop en la Competencia SpaceX Hyperloop Pod 2018.
En este evento participan estudiantes de diversas partes del mundo y en el que buscan destacarse por la innovación y la inventiva de sus cápsulas.
Financiamiento estatal
La EPFL es una institución pública. Al igual que su par en Zurich, es un instituto federal y el gobierno suizo aporta más de dos tercios de su presupuesto.
Una ley federal establece su objeto (educación, investigación, innovación, colaboración con otras instituciones en Suiza y en el extranjero, responder a las necesidades del país, etc.).
Al igual que la ETHZ, la EPFL se ha convertido en un hub del futuro Parque Suizo de la Innovación, un proyecto conjunto entre la Confederación, los cantones y las comunidades empresariales y científicas para aumentar la competitividad internacional de Suiza.
La EPFL ha unido fuerzas con los cantones de Vaud, Valais, Friburgo, Ginebra y Neuchâtel, donde se establecieron sedes satélites.
El instituto ha tenido un rápido desarrollo en los últimos años. El Centro de Aprendizaje Rolex, el edificio insignia de la EPFL inaugurado en 2010, es un signo de esta rápida expansión.
El Centro de Aprendizaje Rolex fue diseñado por el estudio de arquitectura japonés Sanaa, ganador del prestigioso Premio Pritzker en 2010.
Pensado como un lugar de reunión alberga una biblioteca, restaurantes, una cafetería y áreas de estudio y relajación. En 2014, la EPFL también se equipó con un centro de conferencias ultra moderno y de aspecto futurista, el SwissTech Convention Center.
Desde 2016, el proyecto “Under One Roof” con su techo de 250 m de largo alberga un Montreaux Jazz Café, un espacio de museo y el pabellón Datasquare diseñado para exhibir la investigación pionera de la EPFL.
Apoyo al emprendedurismo
Estas instalaciones innovadoras ilustran la estrategia de la EPFL para convertir al campus en un centro de intercambio donde estudiantes y profesores se codeen con emprendedores.
Junto con la educación y la investigación, otro de los objetivos centrales de la EPFL es la transferencia de tecnología entre el mundo académico y la esfera económica.
De esta manera alienta el emprendedurismo y siempre ha mantenido relaciones estrechas con la industria local.
El Parque de Innovación de la EPFL alberga más de 150 startups y centros de investigación de empresas suizas e internacionales incluyendo el gigante suizo Nestlé, el banco de Zurich Credit Suisse y el grupo de tecnología alemán Siemens.
Todos los meses se crea más de una startup dentro del parque.
Muchas son establecidas por estudiantes de la EPFL o estudiantes del doctorado, a menudo gracias a becas, subevenciones y programas de innovación (Innogrant, Venture, Kick, Venture Lab.
Mutiplicar las interacciones
Se requiere un esfuerzo constante para atraer empresas y alentar la formación de startups explica Patrik Aebischer, rector de la EPFL desde 2000.
“Es necesario unir dos mundos que no hablan necesariamente el mismo idioma y no siempre comparten el mismo sistema de valores o los mismos métodos de trabajo y gestión. Hay que multiplicar las oportunidades de encuentro e interacción.
Esto adopta la forma de centros de I+D en el campus, donde las startups embrionarias se encuentran con las multinacionales, y donde investigadores, estudiantes y emprendedores pueden intercambiar opiniones y mantenerse actualizados sobre lo que sucede en su sector”.
La proximidad entre los estudiantes y las empresas beneficia a todos, dice Daniel Borel, fundador de la empresa suiza de informática Logitech, que cuenta con un centro de investigación y oficinas en la EPFL.
“Tenemos acceso a los mejores ingenieros, que pueden capacitarse con nosotros y eventualmente formar parte de nuestra empresa”, expresa. El propio Borel estudió física del plasma en la EPFL, de donde se graduó en 1973.
“La EPFL de hoy ha alcanzado una dimensión que no se puede comparar con la universidad en la que yo estudié”.
Interdisciplinariedad
Para Daniel Borel, cuya empresa también esta ubicada en Silicon Valley, es una de las ventajas de la EPFL con respecto a sus principales competidoras de los Estados Unidos es que su tamaño relativamente pequeño permite una gran interacción entre diferentes campos.
“Muchos proyectos de la EPFL son altamente innovadores porque se encuentran en la intersección de varias disciplinas”.
Este es el caso de las ciencias de la vida, subraya, un campo en el que la EPFL invirtió considerablemente en los años 2000, favoreciendo la aparición de numerosas startups en la región del Lago Lemán, hasta tal punto que la región al norte del lago entre Ginebra y Montreux ahora es conocida como el “Health Valley” (Valle de la Salud).
¿La EPFL desea imitar a la Universidad de Stanford, que tanto contribuyó al desarrollo del Silicon Valley en California?
“En el exigente campo de las tecnologías relacionadas con la salud, como la farmacéutica, biotecnología, tecnología médica o nutrición, creo que del Lago Lemán, tiene lo necesario para dominar toda la cadena de innovación”, dice Patrick Aebischer, “pero no estamos creando el Health Valley como tampoco Stanford creó el Silicon Valley.
Espero que seamos un eslabón en esta cadena, uno fundamental, por supuesto pero al mismo nivel que todos los demás.
Otro ejemplo de vanguardia
Por otro lado Suiza no deja de sorprender en cuanto a logros en salud.
Cardiólogos del Hospital Universitario de Pediatría de Zúrich (Suiza) implantaron a un bebé de tan solo 24 días un nuevo tipo de estent que dispone de un “potencial de crecimiento” que le puede acompañar hasta la edad adulta.
Según un comunicado del hospital, esta es la primera vez que se implanta un ” Begrow-Stent ” a un paciente.
La operación tuvo lugar a finales de mayo y desde entonces la niña se ha recuperado muy bien, indicó el centro.
La recién nacida sufría una malformación cardíaca grave debido a que su arteria pulmonar, que une el corazón con los pulmones, era muy estrecha por lo que sus pulmones no recibían suficiente sangre.
Gracias a este soporte vascular el equipo médico consiguió mantener la arteria abierta permanentemente.
El estent que se le instaló se adaptará al crecimiento de la niña e incluso irá creciendo con el vaso hasta la edad adulta.
Actualmente la prótesis intravascular mide 6 milímetros de diámetro pero puede dilatarse hasta los 11,5 milímetros, el tamaño correspondiente a la edad de entre 8 y 10 años.
A partir de este punto, el estent se abre de forma controlada por puntos determinados y acompaña el crecimiento de la arteria, tal y como se demostró en pruebas hechas con cerdos.
Por contra, una prótesis cardíaca convencional, la más utilizada en estos casos, tiene un uso limitado para neonatos y niños porque debe ser eliminada posteriormente con una intervención muy delicada.
Esta operación forma parte de un estudio clínico en el que se implantará un estent como este a 18 bebés de Suiza, Alemania y Austria que recibirán un seguimiento durante varios años para garantizar su seguridad y buen funcionamiento.
Según el jefe de cardiología del hospital y director del estudio, Oliver Kretschmar, “este producto puede llenar un vacío, ya que los estents actuales no son adecuados para niños y, particularmente, para bebés”. Esto sin dudas abre nuevas esperanzas.