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En Paraguay, la deuda histórica que tiene el Gobierno nacional con la población en materia de salud se hizo aún más notoria hace dos años, cuando miles de ciudadanos clamaban por atención, medicamentos e insumos, gas medicinal o tan solo una cama de internación para intentar salvaguardar su salud o la vida de un ser querido.
El doctor Diego Toledo, médico intensivista, especialista en la atención en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI), explicó que en pandemia, la situación sanitaria del país se vio seriamente afectada por las carencias, situación que orilló a la desesperación en miles de familias que no tenían más opciones que implorar por ayuda solidaria para poder afrontar los millonarios gastos.
“Los recursos siempre son limitados, a lo que se sumó que durante el periodo más crítico de la pandemia llegaban pacientes en estados muy delicados que requerían de atención inmediata. Fue bastante difícil. Nosotros somos aproximadamente 190 médicos intensivistas, distribuidos en todo el país y además, no teníamos camas. Se pudo adquirir un número mayor, pero se presentó otro problema que fue la carencia de insumos y la falta de más médicos capacitados”, recordó el especialista.
El doctor Toledo comentó que la pobreza en Paraguay es también motivo de numerosas situaciones adversas, que resulta en la desigualdad en la atención médica.
“La pobreza en nuestro país es bastante importante, más todavía en la atención pública, y el acceso a la salud es muy costoso. En nuestro país el acceso a la salud es muy desigual, hay gente que tiene acceso a un sistema de salud óptimo y otros que no pueden acceder al servicio más básico”, cuestionó el médico.
Idiosincrasia paraguaya
El doctor Toledo resaltó, además, que el paraguayo tiene una idiosincrasia muy particular, ya que antes de recurrir a un profesional de la salud, decide tratar su enfermedad con ayuda de médicos empíricos. “Cuando llegan a los consultorios ya lo hacen en muy mal estado”, lamentó el especialista.
El médico dijo también que pese a que los casos covid están en descenso, el trabajo sanitario sigue siendo exigente y regular, ya que casi el 100% de las camas de terapia intensiva ahora son para la atención polivalente.