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La formación y la experiencia son fundamentales para lograr la excelencia.
En cuanto a los panaderos, no se trata simplemente de seguir una receta, sino de comprender los principios detrás de la panificación y la repostería, así como de dominar las técnicas necesarias para lograr resultados consistentes y de alta calidad.
En general, un panadero debería tener conocimientos básicos de panadería: los distintos ingredientes, técnicas de amasado, fermentación y cocción.
Debe tener habilidades manuales, para trabajar con la masa y darle forma a los panes.
El panadero tiene la capacidad de seguir instrucciones, para trabajar con recetas y procedimientos.
La higiene y seguridad alimentaria son vitales, para garantizar la calidad y seguridad de los productos.
Igualmente, es necesario que cuente con creatividad e innovación, para desarrollar nuevas recetas y productos.
Formación profesional
En nuestro país, existen diversas opciones para que una persona pueda formarse como panadero, en escuelas de gastronomía privadas como con cursos de panadería ofrecidos por instituciones, como el Servicio Nacional de Promoción Profesional (SNPP) o el Instituto Nacional de Tecnología y Normalización (INTN).
Muchas panaderías también ofrecen programas de capacitación para personas que desean aprender el oficio y además de la formación formal es importante que un panadero tenga experiencia práctica trabajando en una panadería o realizando prácticas.
Ante todo, la persona que quiera incursionar en este rubro debe tener pasión por la panadería, para disfrutar del trabajo y seguir aprendiendo, porque el oficio del panadero es mucho más que hornear pan y pasteles.
Es un arte que requiere habilidad, creatividad y un profundo conocimiento de los ingredientes y procesos culinarios, porque los panaderos son verdaderos artesanos, cuya labor es imprescindible en nuestra sociedad moderna.