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En el MIC estamos velando por el cumplimiento de los regímenes de materias primas y mano de obra nacional.
Estamos preocupados porque muchas veces el inversor deja de lado a la industria nacional y pide exoneración de impuestos para importar y la Ley 60/90 dice que cuando hay producción nacional de un bien que el inversor necesita, se debe optar por la producción nacional.
Nosotros en el CIME recibimos muchos informes de pedidos de importación de productos metalúrgicos y metalmecánicos que tienen producción nacional, y eso no debe correr.
No puede haber una importación con exoneración de impuestos porque se convierte en una competencia desleal para una industria nacional que sí paga todos sus impuestos. Pedimos respeto a las normativas que favorecen a la industria en general y la metalúrgica en particular.
Por otra parte, celebramos la licitación 664/17 de Yacyretá que por disposición de la entidad binacional en el pliego de bases y condiciones para la provisión de torres de energía se especificó que las mismas deben ser de producción nacional.
Para nuestro sector eso es muy importante y es un reconocimiento a la capacidad de producción de calidad de la industria paraguaya. Aplaudimos la decisión de Yacyretá.
También la última licitación realizada por el MOPC para la provisión de puentes metálicos, se hayan establecido pautas que permitieron la participación de la industria nacional, que resultó con la adjudicación a un consorcio de empresas paraguayas.
En ocasiones, muchas personas opinan que la industria nacional no ofrece muchas ventajas en precios, o incluso que los productos son más caros, pero pierden la visión de que los costos de producción son muy similares si no iguales, y que la gran diferencia o ventaja para el país es que ese dinero invertido se queda en el país, genera mano de obra en el país y mejora la calidad de vida de las familias paraguayas.
Si mantenemos esa visión, yo creo que la realidad del país en un futuro cercano va a ser absolutamente diferente y positiva, concluye Perasso.