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Camino es sinónimo de conexión y crecimiento para los barrios, las compañías y ciudades, en especial cuando se trata de forjar las distintas actividades económicas de las cuales dependen la mayoría de sus habitantes.
Y es por su efecto derrame que cada 5 de octubre se festejan su día quienes son parte activa y directa de su mejoramiento. Un enripiado, empedrado o una pavimentación asfáltica, dinamiza a su paso a múltiples sectores económicos que promueven un importante volumen de mano de empleos y nuevos conocimientos en materia de infraestructura vial.
En Paraguay, de acuerdo a los datos de la Cámara Vial Paraguaya (Cavialpa), la construcción vial mueve laboralmente unas 260.000 personas, de los cuales el 50% (130.000) lo ocupan jóvenes menores de 30 años de edad.
Una obra vial demanda e implica operarios calificados para maquinarias, además de materia prima de calidad para los distintos procesos y sus terminaciones, firmas de concretos, empresas constructoras, consultoras, transporte, uniformes, servicios sanitarios, de pernocte, alimentación, de salud, entre otros. Asimismo, mueve a profesionales de diferentes campos del saber, desde ingenieros, arquitectos, topógrafos, informáticos y más.
La apertura, el mantenimiento o mejoramiento de los caminos de red vial con su respectivo tipo de superficie también impactan indirectamente –de forma positiva– a otras actividades, sobre todo las comerciales.
Hay mucho por hacer
La red inventariada de Paraguay está compuesta por 78.484 kilómetros (entre rutas y caminos con y sin pavimentación). Del total, el 12,49%, que son 9.799 kilómetros corresponden a rutas asfaltadas nacionales, departamentales y vecinales. (ver infografía). El reporte, que tiene como corte junio del 2022, indica además que existen todavía 66.575 kilómetros de camino de tierra, que representan el 84% de la red vial total. Mientras que el 2,69% restante está cubierto con otros tipos de pavimentos, tipo adoquinado, empedrado o empedrado enripiado.
En los últimos cuatro años la red vial del país sumó más de 3.703 kilómetros de rutas nuevas, beneficiando a 37 comunidades que salieron del aislamiento, según datos proveídos por el MOPC, cuyos registros de obras viales datan desde 1960.
El dato
El nombre de camino proviene del latín “Caminus”, que significa tierra que conduce de un punto a otro. En cuanto a la fecha de recordación tiene lugar en todas las naciones de América del Sur, que según publicaciones locales e internacionales, se da en conformidad a lo resuelto por el Primer Congreso Panamericano de Carreteras celebrado en 1925, en Buenos Aires, Argentina, siendo delegado paraguayo en ese cónclave, el Ing. Alejandro Bibolini, quién en la clausura instó al plenario a dedicar cada 5 de octubre al camino.
