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“El estrés por calor es una de las condiciones ambientales más importantes que desafía a la producción avícola de todo el mundo, ya que tienen consecuencias directas sobre el crecimiento y la producción, lo que lleva a pérdidas económicas importantes.
Estrés calórico en aves
“Las aves son animales homeotermos, lo que significa que pueden mantener una temperatura corporal constante de (aproximadamente 41°C) dentro de ciertos límites. Sin embargo, son muy sensibles a las altas temperaturas ambientales debido a su alta actividad metabólica, su cobertura de plumas y la ausencia de glándulas sudoríparas. Cuando están sujetas a altas temperaturas ambientales, combinadas con humedad alta, baja velocidad del viento o aire, experimentan el llamado estrés calórico”, confirmo el doctor.
Medidas de prevención
La ventilación: Es muy importante tener implementados sistemas de ventilación a través de extractores y sistemas de refrigeración como los paneles evaporativos o sistemas cooling, así como los sistemas de nebulizadores o aspersores de agua dentro del galpón, de manera a incrementar el bienestar animal y mantener la temperatura en un rango de confort.
El alimento agua: Las aves deben tener disponibilidad continua de agua fresca pura y potable y esta debe mantenerse por debajo de 25 ºC. Es importante mencionar que el ave consume el doble de agua en relación al alimento balanceado consumido y ni que decir en caso de estrés calórico, pudiendo aumentar hasta 5 a 7 veces más.
Mantener aves tranquilas: Durante los momentos más calurosos del día evitar que incrementen sus movimientos y, por tanto, su actividad metabólica y que generen calor.
Densidad adecuada: La cantidad de aves por superficie sera fundamental, hay que evitar el hacinamiento y el sobrecalentamiento ambiental del galpón.
Medidores de agua: Disponer de medidores de consumo de agua y de alimentos balanceados en cada galpón de producción, de manera a monitorear permanentemente el consumo de agua y alimentos en relación con la edad de las aves para detectar casos de estrés calórico o térmico de una forma prematura.
Agua limpia y tratada: Es importante suministrar agua con electrolitos o que la dieta esté equilibrada en nutrientes importantes como aminoácidos, calcio, sodio, fósforo o vitaminas, especialmente las hidrosolubles.
Nutrición: Alimentar a las aves en horas menos cálidas del día, con el fin de evitar elevar la temperatura como consecuencia de su metabolismo.