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“La planificación representa una variable que deberá considerarse en cualquier emprendimiento”, destacó. Los puntos a considerar son variados debido a que se trabajará con animales de alta producción, cuyos requerimientos también deberán ajustarse a los rendimientos que se esperan. Además de ello, deberán establecerse raciones que consideren la edad del animal y periodo de producción.
TERNEROS
Según Bulher, una vez nacido, el ternero es apartado de la madre para recibir calostro. Recibe, en la primera toma unos 3 litros aproximadamente, aunque lo ideal es llegar a los 6 litros (día 1). Posteriormente, los terneros tomarán la leche de su madre. Teniendo en cuenta el trabajo de un establecimiento específico, los productores experimentan con tres tomas de leche por día en esta categoría. El objetivo es lograr un buen crecimiento y precocidad. Se busca un animal más grande y fuerte para llevarlo a otro retiro. Estarán en corrales sin recibir nada de pasto. A partir del tercer día, solo heno y balanceado, que posee un olor especial, acorde a su gusto, el cual es muy palatable (sabroso y digerible).
RECRÍA
Cuando los terneros alcanzan la edad de cuatro meses, son destinados a piquetes para el consumo de pasturas.
En esta etapa se procede a una rotación con un poco de ensilaje de maíz, sumado al heno, que es a voluntad.
Los productores separan a los ejemplares por lote, en hembras recién paridas, las de súperproducción, las vaquillas, las vacas preñadas y las de menor producción y possecado. La ración alimenticia en cada grupo es diferenciada.
El lote súper con vacas de alta producción de leche, recibe hasta 12 kg de balanceado, 27 kg de ensilaje de maíz y 2 kg de heno, mientras que las hembras primerizas consumen 10 kg de balanceado, 25 kg de ensilaje y 2 kg de heno. Las vacas súper comen más kilogramos de materia seca que las que están por parir y, al secarlas, comen 20 % menos de materia seca.
La tercera categoría recibe 7 kg de balanceado, 30 kg de ensilaje y 2 kg de heno. Finalmente, las hembras de menor producción o de último grupo comen 5 kg de balanceado, 27 de ensilaje y 2 kg de heno.
Actualmente, se utiliza un balanceado con 24 % de proteína. En cada caso, únicamente se reducen las raciones y se combina con el voluminoso. A la vaca le gusta más el voluminoso y, de esta manera, facilita el funcionamiento de su rúmen. Esto es ideal para evitar la acidificación en el animal.
La dieta es total. Para ello, los productores cuentan con tecnología como el mixer que permiten elaborar raciones acordes a la cantidad animal y sus requerimientos.