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Con más de 55 años de existencia en el mercado, hoy “Pechugon” cuenta con variedad de presentaciones de pollos, entre congelados, frescos, enteros, presas y menudencias, incluso con congelación rápida de manera individual (IQF, Individual Quick Freezing por sus siglas en inglés), comenta Blanca. “En estos tiempos en donde uno no tiene mucho tiempo para cocinar, puede utilizar solo lo que uno va a consumir y guardar por porción a ser consumida”, añade. En esta presentación se encuentran alitas, patitas, caderitas, filetes de pechuga, lomitos de pechuga, muslito ala y tiritas de pechugas.
La empresa surgió en los años ‘60, cuando unen sus vidas Don Daniel Ceuppens y Doña Blanca Talavera, quienes tenían el sueño de producir alimentos. “Adquirieron a crédito una pequeña finca en la ciudad de Capiatá y así iniciaron la reproducción, cría y faena de pollos”, recuerda Blanca, quien junto a sus hermanas Ana y Violeta conforman el directorio de la compañía.
La oferta de productos incluye brochetas de ala y de corazoncito, albóndigas, asadito de muslo, muslito de ala, especiales para ir directo a la parrilla o al horno. También la línea de elaborados como milanesas, croquetas, trocitos y pechufrit.
“Exportamos pollos enteros, presas con hueso, pechuga deshuesada, muslo deshuesado, menudencias y garras”, dice.
En cuanto a la venta al extranjero, Blanca señala que el conflicto entre Rusia yUcrania les afectó, ya que Rusia era su principal cliente internacional.
Además, indica que el aumento significativo del precio de la materia prima y el incremento del precio del combustible impactaron en los costos de los productos. “Hemos aumentado las ventas a otros destinos para reemplazar esos volúmenes y así ganar nuevos mercados, además de buscar crecer en el mercado interno, optimizando nuestros recursos, con el objetivo de ser competitivos en precio y calidad”, afirma.
Sin embargo, expresa su preocupación sobre los años electorales, que “juegan en contra de la actividad empresarial”. “(Las autoridades) en lugar de conducir el país y llevar a cabo las políticas de Estado y cuidar el empleo, la producción y la economía, tienen como centro de atención las campañas electorales, dejando de lado a la producción”, critica.
Añade que este panorama le preocupa “porque estamos con muchos inconvenientes: inflación, altos costos de combustible y contrabando que no están siendo atendidos”.
En cuanto a los desafíos para el sector avícola y la industria nacional, responde que hay muchos. Cita la seguridad jurídica, incentivos tributarios a la gente que compra productos nacionales y legales y todo lo relacionado a gestión de habilitación de mercados internacionales, financiación a largo plazo con tasas atractivas para la producción, erradicación de enfermedades aviares, mejora de la infraestructura de rutas y energía eléctrica, además de promoción de consumo de producto nacional y control de las fronteras para el impedir el ingreso ilegal de productos.