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Normalmente las industrias aceiteras trabajan durante todo el año, las 24 horas, los siete días a la semana, y usualmente tienen paradas programadas a finales de la segunda quincena de diciembre a la espera de la nueva cosecha. Pero este año, debido a la fuerte merma por la sequía, se están produciendo paradas anticipadas que ponen en riesgo la sostenibilidad económica de las fábricas, comenta Sandra Noguera, gerente de la Cámara Paraguaya de Procesadoras de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
Señala que las industrias asociadas al gremio dan empleo a 8.800 personas, unas 2.200 en forma directa en las fábricas y 6.600 indirectamente involucradas con las actividades industriales; y con estas paradas anticipadas se ponen en riesgo sus puestos de trabajo. Agrega que el ingreso de divisas que genera el sector, a consecuencia de la sequía, se verá reducido sustancialmente en este 2022.
En términos de volumen de industrialización, se espera una caída de alrededor del 50% si lo comparamos con el promedio de los últimos tres años, pero en toda la cadena agrícola y agroindustrial la pérdida de ingresos de divisas rondaría los US$ 2.000 – US$ 2.500 millones para este año, estima.
“Igualmente, desde nuestra fundación hace 16 años, en la CAPPRO seguimos comprometidos con el desarrollo del país y creemos que la industrialización es el camino. La producción y exportación de alimentos con mayor valor agregado permitirá al Paraguay posicionarse como un importante proveedor global de alimentos y generará más ingresos de divisas”, expresa.
Añade que como país, debemos aprovechar la creciente demanda mundial de alimentos y comenzar a movernos en ese sentido, por ende, las políticas públicas deben adecuarse y fomentar el agregado de valor de las materias primas agrícolas que producimos, en lugar de fomentar la exportación de estas en estado natural. “Estamos convencidos de que una de las herramientas que será de gran importancia es el establecimiento, por ley y de forma permanente, del régimen de admisión temporaria para importar soja y otras oleaginosas, que se ajuste a las particularidades y necesidades del sector, como existe en los demás países de la región y que es utilizada con mucho éxito, incluso para adquirir grandes cantidades de nuestras propias materias primas agrícolas”, subraya.
También afirma que hoy más que nunca se necesita de una mayor industrialización de las materias primas agrícolas. “Tenemos que ser capaces de ver lo que deja de ganar el país cuando en la matriz de exportaciones crece el volumen de materias primas en lugar de productos industrializados, que tienen un mayor valor. Consolidar la industria aceitera nacional puede ayudar a atraer otras inversiones y generar más oportunidades de empleo, es mucho lo que se pierde si el Gobierno resta importancia a este sector”, opina.
Finalmente, resalta que el gremio Cappro está comprometido a seguir aportando para que el Paraguay pueda cumplir con los compromisos asumidos en la Agenda 2030. En ese sentido, destaca que fue la primera organización del sector privado en firmar un memorándum de entendimiento con la Comisión ODS del Gobierno Nacional, es miembro del Pacto Global y participa activamente de las mesas temáticas locales de la Red Local, como así también desarrolla acciones dentro de la agenda de sustentabilidad que apuntan al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).