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La Asomipymes tiene más de cuatro años de existencia como gremio y surgió ante la necesidad de unir al sector para resolver de manera conjunta cuestiones que le afectan, que principalmente son el financiamiento de emprendimientos y acceso a mercados, además de la capacitación técnica.
Guillermina Coronel reconoce que la pandemia ha tenido un efecto fulminante sobre el rubro, ya que miles de negocios no pudieron soportar las medidas restrictivas que intentaban evitar contagios masivos del coronavirus. Esto no sólo afectó al comercio y los servicios, sino también a pequeñas industrias.
No obstante, esta crisis, a la vez, representó una oportunidad para visibilizar las problemáticas del sector y obligó al Gobierno a agilizar los trámites necesarios para atender una “demanda angustiosa”, acota la presidenta de Asomipymes, sobre todo porque se trata de emprendimientos que no cuentan con la espalda financiera para soportar un contexto nunca antes previsto.
“Vemos que la capacitación, sobre todo personalizada, es clave para que las industrias mipymes se fortalezcan como emprendimientos y puedan sobrevivir, proyectarse en el tiempo y crecer”, afirma.
Agrega que en pandemia se concretaron alianzas estratégicas entre privados y en tal sentido, destaca la firmada con la Asociación de Importadores y Comerciantes del Paraguay (Asicompar), que nuclea a las grandes tiendas retails. Las pequeñas industrias se convirtieron en proveedoras de dichas tiendas, para que siga circulando el dinero, en un momento de severa crisis.
“Para nosotros significó un desafío. De producir sólo diez pares de calzados, pasamos a 100. Es un desafío que implica una preparación y todo representa un cambio de chip”, comenta.
Agrega que en general hay una creencia de que ser informal está bien para no tener más gastos, lo cual es erróneo porque impide obtener un historial crediticio y acceder a nuevos préstamos que permitan disponer de mayor capital operativo. “Eso sí, la capacitación debe ser personalizada, adaptada a cada realidad, porque hacer una general para muchas personas, no basta. Los conocimientos no son adquiridos y al momento de aplicar, el emprendedor no sabe dónde empezar”, comenta.
Por otra parte, señala la necesidad de que el Gobierno genere mayores incentivos, como la reducción de impuestos a valores más adaptados a la realidad financiera de las mipymes; y que además ellas tengan la posibilidad de que sean abonados en cuotas. “Hace poco se socializó la reducción de costos (disminución de base imponible) para mipymes del rubro de medicamentos, cosméticos, domisanitarios y otros, pero sus valores siguen siendo altos. Hay que tener en cuenta que son emprendimientos industriales, hacen inversiones y por ello necesitan mayores incentivos para que sea ágil y atractivo formalizarse”, opina.
También considera que es necesario optimizar la capacitación conforme a las propuestas del mercado y las nuevas demandas. “Hoy no existe capacitación para la industria gráfica, lo hacemos a pulmón”, menciona a modo de ejemplo.