Pandemia que diagnostica al país

La ministra de Industria y Comercio, Liz Cramer, realiza un análisis del sector industrial y el escenario económico del país, como también de las expectativas para lo que resta del año. Recuerda que el 2020 se iniciaba con gran optimismo, luego de sobrellevar un duro año 2019, como resultado de aspectos climáticos adversos, y que se esperaba el “efecto rebote” favorable. Sin embargo, la pandemia “puso en relieve lo bueno y lo malo en nuestro país”.

La ministra de Industria y Comercio, Liz Cramer, en uno de sus recorridos por algunas de las industrias del país.
La ministra de Industria y Comercio, Liz Cramer, en uno de sus recorridos por algunas de las industrias del país.Archivo, ABC Color

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“Estamos conscientes de que todas las medidas adoptadas fueron en la línea cierta, pero no generaron el impacto esperado”, reconoce la ministra de Industria y Comercio, Liz Cramer, al ser consultada acerca de los desafíos que tiene al frente de la cartera. Agrega que “la pandemia puso en relieve lo bueno y lo malo de nuestro país”.

Cramer considera que la crisis ha demostrado lo robusta que es nuestra macroeconomía, y a la vez que la burocracia ralentiza las respuestas, lo arcaico que son los sistemas, la falta de fondos de contingencia, la carencia de seguro de desempleo y otras herramientas para hacer frente a semejante catástrofe. “La industria particularmente se vio afectada tanto del lado de la oferta como de la demanda”, indica.

El reporte del Banco Central del Paraguay (BCP) proyecta una contracción del producto interno bruto (PIB) en torno al 3,5%, “lo que revela que los efectos económicos de la pandemia son profundos”, observa Cramer. Agrega que el sector primario proyecta un crecimiento de 8% por los excelentes resultados que están demostrando la agricultura y la ganadería; el sector secundario, la industria proyecta una tasa negativa de -3,5% por una caída en sectores como textiles (-20%), productos de papel (-15%), industria maderera (-14%) entre otros. “No obstante, la construcción proyecta un crecimiento del 3,5% sustentada en obras públicas y civiles”, afirma.

Dentro de las industrias maquiladoras los más afectados fueron los sectores de autopartes, confecciones y plásticos, pero en general se tuvo una reducción de entre el 40% y 60% de la actividad. Las exportaciones acumuladas de maquila, de enero a julio de este año, alcanzaron US$ 326 millones, registrando una contracción del 24% en comparación al mismo periodo del 2019. “No obstante, hay indicios de que la situación va cambiando. Las exportaciones registradas en julio alcanzaron US$ 60 millones, recuperando así el volumen promedio mensual de inicios de año”, menciona.

En cuanto a las inversiones privadas, bajo el régimen de la Ley 60/90, de Fomento de Inversiones, y el de Régimen de Maquila, se observa una contracción del 59%, que tiene comoconsecuencia la reducción de un 49% de creación de empleos vinculados. Además, se reporta una reducción del 76% en las inversiones en el sector industrial en comparación con el periodo de enero a julio del año pasado, siendo los principales los sectores metalúrgico, autopartes, químico y farmacéutico, textil y confecciones, y productos de papel.

Sin embargo, se contempla un aparente repunte que se dio en el último mes y medio en varios indicadores, pero es muy preliminar para hablar de recuperación, pues según los expertos de salud, estamos entrando en el mes crítico de la pandemia, que además de las restricciones que podría darse, es innegable que los reposos, trabajar en cuadrillas, a menor capacidad, impacta en la producción y en el dinamismo económico, sostiene.

En cuanto al protagonismo del sector industrial, Cramer recurre nuevamente al reporte del Banco Central del Paraguay y dice que actualmente representa el 19,2% de la estructura de la economía paraguaya, y que si se considera la participación del sector secundario en su totalidad, incluyendo los sectores de la construcción (6,5%) y de la generación de energía eléctrica (7,1 %), alcanza el 32,8%. “Sin dudas es fundamental el papel que cumplen las industrias en el país. Nos motiva a seguir trabajando juntamente con el sector privado, en el diseño e implementación de estrategias que impulsen definitivamente el cambio de la matriz productiva, y sienten las bases para un desarrollo inclusivo y sustentable, que nos dirija hacia una economía más resiliente y robusta”, expresa.

Cramer indica que la industria es el gran motor del desarrollo nacional, puesto que contribuye a la tan necesaria diversificación, “representa el 20% de nuestra economía y emplea a más de 350.000 personas en forma directa”. Por lo tanto, es clave fomentar la industrialización con mayor valor agregado, atraer industrias que nos ayuden a usar mejor nuestra energía, y al mismo tiempo desarrollar otros dinamizadores que potencien su crecimiento.

“Desde el MIC seguimos comprometidos en esta difícil coyuntura que nos toca atravesar hoy, en la misión de impulsar aquellas inversiones productivas que generen un impacto transformador en nuestra economía”, finaliza.

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