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Sobre este punto, Mirta Arce, gerenta administrativa de Cerámica Itauguá, señala que el plan de reactivación aún no se nota mucho, pues la burocracia de bancos privados y estatales no permite que esos planes se ejecuten “con la urgencia que en muchos casos se necesita”.
Además, resalta que el Gobierno perdió casi dos años en “solucionar sus conflictos internos vinculados a casos escandalosos de corrupción” y que “recién ahora se puso en camino de reactivar la economía”. “Desde el día 1 de su gobierno debían apuntar a levantar la economía y no esperar una pandemia. Falta que esto no se aplique solo en pandemia, sino que sea un pilar del Gobierno”, comenta.
A su vez, el presidente de Plásticos Generales, Raúl Doutreleau, indica que aunque el plan de reactivación tiene buenas intenciones, se notan las dificultades con que las empresas están tropezando con los bancos. “Se han generado un montón de exigencias complementarias que no tienen sentido”, señala.
Asimismo, el empresario enfatizó que los bancos ya conocen al industrial paraguayo y que “tienen que trasladar inmediatamente las facilidades que el Gobierno le da”, pero esto no ocurre. “Primero se cuidan ellos”, asevera.
“Yo siento un tremendo temor en los bancos de que nosotros fracasemos; pero si hemos demostrado que somos capaces, este es el momento que deberíamos tener con facilidad los medios económicos para que no nos falte nada”, expresa.
Agregó que existe interés en la reactivación, pero que hay que acompañar los procesos, facilitando la situación. “Yo no digo que los préstamos le den a cualquiera, en otra época le daban a cualquiera con mucha facilidad. Hoy, nosotros ya tenemos trayectoria, Inca (otra de las empresas que dirige), por ejemplo, ya tiene 60 años en el país, no podemos estar sufriendo hasta el último papel, y te repiten y te piden, demorando la situación. Tenemos grandes pedidos de maquinarias que hemos hecho y nos estamos preparando”, indica.
Por otro lado, Arce comenta que la industria paraguaya ha crecido y mejorado mucho en relación con décadas anteriores, pero que aún falta mucho camino por recorrer. “Es cierto que nuestro mercado no es grande, y eso a veces es limitante para montar industrias de porte importante. Eso hace que mucha gente no se anime a instalarse, además de que las inversiones extranjeras no son debidamente atraídas, pues no solo la carga impositiva debe ser la atracción, sino que debemos fortalecernos como país serio, con instituciones creíbles, que se liberen de la pesada herencia de la corrupción”, agregó.
Agrega que en diez años la industria paraguaya seguirá creciendo, pero quizás sin explotar todo el potencial que tiene, ya que se debe mejorar en general el poder adquisitivo del común de la gente, para que pueda acceder a bienes, servicios o inversión en construcción. “Nuestra economía debe acelerarse, y eso debe ser política de Estado, para que se genere más valor agregado y más riqueza en el país, pero que eso llegue a muchos sectores de la sociedad. Además, mejorar la educación. Es imposible ser competitivo con este sistema educativo, necesitamos gente pensante, que genere ideas y soluciones, trabaje con calidad, valore el trabajo y sepa administrar sus finanzas personales”, añade.