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En el año 1954 Barrail Hermanos SA de Construcciones se constituye como empresa de la mano de tres hermanos, entre ellos Augusto Barrail que corresponde a la actual rama familiar. Pioneros en el sector de la construcción fue creciendo y llevando adelante obras públicas y privadas de gran envergadura.
“Estamos orgullosos de Barrail Hermanos SA, una empresa con muchos años de historia y trayectoria en el país, y posee un excelente currículo institucional, esto nos permite brindar seguridad y respaldo, y sobre todo mantener la confianza que nuestros clientes depositan en nosotros”, expresa Guillermo Barrail, director del grupo.
Menciona que actualmente están trabajando tanto en el sector público como privado. En el sector privado construyen obras civiles como edificios residenciales, industriales y comerciales. En el sector público ejecutan importantes obras eléctricas (subestaciones y líneas de trasmisión y distribución), obras sanitarias, de restauración de patrimonios históricos y obras viales, donde la firma está teniendo mayor participación, gracias a la incorporación de máquinas con tecnología nueva para el rubro.
El empresario resaltó además que la actual crisis sanitaria impone grandes desafíos, que obliga a cambios drásticos e inmediatos dentro del sistema de trabajo. “Si bien las actividades de la construcción no se paralizaron en algunos casos, las obras fueron afectadas debido al impacto económico ocasionado por la pandemia. Tanto a inicios de esta como hoy, nos vemos obligados a reorganizarnos de acuerdo a las limitaciones del mercado, ya sean por circulación de materiales y mano de obra, revisión y cambios en los contratos, como ser ampliación de plazos y variaciones en los alcances de los trabajos”, señala.
Asimismo, dice que se adoptaron las medidas sanitarias vigentes para dar continuidad a los trabajos, cuidando la salud de sus colaboradores.
Respecto al análisis que realizó al sector de la construcción, resalta que el país tiene mucho por hacer con relación a infraestructura a largo plazo. “Las inversiones en obras públicas tienen un rol fundamental para el impulso económico y desarrollo de las principales industrias, esto permite que los productos nacionales sean más competitivos, tanto para el mercado nacional como para las exportaciones”, expresa.
En este sentido, agrega que confían y saben que el gobierno está haciendo un gran esfuerzo en mantener y levantar la economía, que a su criterio no es tarea fácil, pero que se está haciendo todo lo posible. Señala que, desde el sector privado, las empresas constructoras están haciendo un gran esfuerzo acompañando al gobierno para salir adelante, que es una tarea de todos, asevera.
Resalta que, independientemente a la situación económica y sanitaria, se está haciendo un buen trabajo y que se debe volver a retomar los planes que se tenían y aprender a vivir con lo que nos toca ahora.
“En Paraguay se estima que el 60% de la población es joven, esta ventaja permite ser mucho más productivos y debe ser acompañada con la educación y la formalización del trabajo, en mi opinión esta es una de las claves principales del crecimiento de las empresas”, indica.
Asimismo, comenta que en el sector de la construcción se necesita mano de obra profesional y formal. Señala que para lograr este desafío debe existir un sistema de registro profesional, que permita asegurar y controlar la idoneidad, el desempeño y formación de técnicos de mandos medios y básicos, con el fin de fomentar un plan de carrera para profesionales no universitarios. Agrega que los registros profesionales se deberían expedir y renovar a través de un examen escrito u oral, a través de las instituciones de enseñanza del Estado y la posible creación de institutos privados.
“Este registro o licencia de trabajo que pudiera funcionar como un registro de conducir, deberá ser emitido y regulado por el ente regulador, que podría ser el Ministerio de Industria, para controlar las actividades dentro del territorio paraguayo con el fin de generar estadísticas de trabajo y un monitoreo de la actividad del rubro para nacionales y extranjeros que deberán estar autorizados para trabajar presentando sus credenciales de origen”, dice.
Resalta que, con el trascurrir del tiempo, este sistema de control podrá tener la suficiente información para ser utilizada en planificaciones de la fuerza laboral y el crecimiento sustentable del país. “Podremos tener bolsas de trabajo, reducir considerablemente la competencia desleal, mejorar la calidad, el costo y tiempo de los trabajos”, enfatiza.