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La industria metalúrgica es transversal a la industria en general. Se podría decir que es la madre de las demás industrias, ya que desde un galpón para la cría avícola hasta los equipamientos para la industria farmacéutica o las turbinas para una represa hidroeléctrica, son productos de las plantas metalúrgicas nacionales.
Sin embargo, la industria metalúrgica paraguaya no cuenta con la materia prima nacional que es necesaria para la producción, salvo algunas excepciones. “Esto nos convierte en tomadores de precios para la compra de estos productos”, cuenta el presidente del CIME, Ing. Carlos Raúl Perasso.
Manifiesta que esa realidad deja muchas veces a la industria metalúrgica local con la imposibilidad de competir en precio con bienes importados de oriente, como es el caso de las torres de alta tensión.
“El Gobierno debe entender que comprar productos terminados de otros países, cuando estos pueden ser producidos en el Paraguay, genera desempleo en nuestro país para dar empleo en el país de origen. Es toda una política de generación de empleo mediante el desarrollo industrial, lo que el Paraguay necesita para salir adelante. Todos los países que hoy son industrialmente desarrollados lo hicieron, gracias a políticas de apoyo de sus gobiernos”, asegura el titular del gremio.
A esta realidad se suma que la cuarentena por la pandemia del covid-19 representó un duro impacto para el sector metalúrgico. “Con mano de obra altamente calificada, la mayor parte de las empresas buscó proteger a su personal y evitar los despidos a toda costa. Esto representó una dura carga sobre las empresas. Con la apertura gradual hubo sectores dentro del área metalúrgica que pudieron repuntar y hasta recuperar los meses perdidos, pero con bastante sacrificio”, dice Perasso.
Resalta que como gremio, desde el inicio sus asociados estuvieron buscando generar oportunidades de trabajo. Intentaron con el Ministerio de Salud Pública que todos los insumos hospitalarios metalúrgicos que podían ser producidos en el Paraguay, sean comprados de la industria nacional. “Lastimosamente no hubo la voluntad suficiente por parte de las autoridades a cargo. De todas formas, y gracias al desarrollo de la tecnología en la fabricación de camas hospitalarias, se ha dado una provisión de las mismas a empresas a cargo de la construcción de cinco hospitales de contingencia”, menciona.
También insistieron en todos los niveles, desde el Ministerio de Industria y Comercio pasando por la ANDE y llegando al propio presidente de la República, sobre la necesidad de que las torres de alta tensión para la transmisión de la energía eléctrica de Itaipú y Yacyretá sean producidas en el Paraguay. “A la fecha no hemos visto ningún resultado de nuestros pedidos, aunque siempre está vigente la eterna promesa de ‘la siguiente vez’”, observó.