Menno, pionera en el Chaco paraguayo

La Colonia Menno, ubicada en Loma Plata, es la primera formada en el Chaco paraguayo hace 95 años tras la llegada de los primeros inmigrantes. Mediante el espíritu de laboriosidad de los pobladores, con la cooperación como clave de la convivencia y para la supervivencia, lograron convertir en un emporio económico la zona.

El pacifista de origen noruego Fred Engen entró en el Chaco inhóspito y estableció contacto con los Enlhet-Norte. Año 1920.
El pacifista de origen noruego Fred Engen entró en el Chaco inhóspito y estableció contacto con los Enlhet-Norte. Año 1920.gentileza

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La historia “Paraguay-Menonitas” empezó prácticamente en 1920, indica un texto elaborado por Uwe Friesen, del Archivo Histórico de la Colonia Menno (Departamento de Comunicación y Cultura de la Asociación Civil Chortitzer Komitee – Colonia Menno). Añade que en un viaje de regreso de los políticos paraguayos doctor Manuel Gondra (presidente electo)

y doctor Eusebio Ayala se encontraron con el empresario norteamericano Samuel McRoberts. Este les contó que había gente pacifista de Canadá en busca de tierra para un nuevo inicio en el sur de América, específicamente, Argentina.

Los políticos se informaron acerca de los menonitas y al despedirse del empresario dijeron: “Si Argentina no les concede lo que buscan estos pacifistas, envíalos a Paraguay. Nosotros les daremos mucho más de lo que están pidiendo”.

Es que Paraguay en esta época necesitaba de inmigrantes porque seguía recuperándose de la nefasta experiencia de la Guerra contra la Triple Alianza (1964- 1870), agrega el escrito.

Motivado por la invitación, a mediados del año 1920 el pacifista de origen noruego Fred Engen entró en el Chaco inhóspito y estableció contacto con los Enlhet-Norte en la zona de Campo Esperanza, cerca de la actual Loma Plata.

Al volver de su expedición aventurera envió un telegrama a su encomendador, McRoberts: “He encontrado la Tierra Prometida”.

La zona
La zona

De ahí en adelante se informó al gobierno paraguayo del interés de los menonitas en crear un asentamiento en el Chaco, y las puertas quedaron abiertas.

Conociendo la apertura del Paraguay para recibir inmigrantes, se organizó una expedición con seis representantes de las diferentes iglesias menonitas de Canadá, y bajo la guía de Fred Engen recorrieron el Chaco entre el 30 de abril y el 30 de mayo de 1921. En carretas y a caballo llegaron a la zona de la actual Loma Plata y Filadelfia, donde analizando el suelo y las plantas se encontraron con los pacíficos Enlhet-Norte y volvieron a Puerto Casado convencidos de que un asentamiento sería factible.

En Canadá informaron de la expedición exitosa y se formó un importante grupo de interesados en la emigración hacia el sur, al Chaco paraguayo, el “Infierno Verde”, señala Uwe Friesen.

Mientras estaban en Paraguay, los expedicionarios también establecieron contacto con el gobierno nacional (Dr. Manuel Gondra era el presidente y el Dr. Eusebio Ayala su ministro), entregaron una solicitud de diez puntos como base para una colonización en el Chaco, pero agregando: “Esta es solo nuestra petición, si ustedes deciden de otra forma, no reclamaremos; solo que buscaremos otro destino”.

La inmigración

En su recopilación sobre la historia de la Colonia Menno, Uwe Friesen señala que para los menonitas pioneros en el Chaco el término inmigración significó encontrar un espacio nuevo de vida, desconocido, en el que todo fue diferente: clima, vecinos, vivienda, naturaleza (vegetación y fauna), producción. Solo su fe pudo prosperar en base a sus tradiciones bíblicas centenarias. Fue la primera vez que los menonitas se asentaron en el hemisferio sur, 400 años después de su origen, expresa en su escrito.

Para el Paraguay esta inmigración llegó en un momento clave de la historia del Chaco porque este terreno considerado históricamente paraguayo fue también aspirado por el país vecino, Bolivia. Poblar esta región significaba para el gobierno demostrar la posesión de la misma. Varios intentos habían fracasado anteriormente. Solamente en el borde del río Paraguay había poblados creados para explorar el tanino del quebracho y desarrollar actividades de ganadería; al interior habían ido organizaciones religiosas.

Para los indígenas del Chaco la inmigración significaba que en la zona que habitaban entrarían personas de otro trasfondo cultural, religioso y social. Con seguridad ni ellos ni los inmigrantes sabían qué significaría a la larga este encuentro pacífico.

El material elaborado se basó en el contenido de materiales como “Menonitas canadienses conquistan un desierto, “Nuevo Hogar en el inhóspito Chaco”, “La ironía del destino. Menonitas canadienses y la Guerra del Chaco”, todos de Friesen, y Martin W.. También “MENNO – Colonia pionera en el Chaco (Geschichtskomitee:)”, “Kaputi menonita (Klassen, Peter P.)” y Cristianos Evangélicos en la Guerra del Chaco (Ratzlaff, Gerhard).

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