81 Aniversario Ciudad Fernando de la Mora

Los 200 años de la comunidad de Kamba Kua

La población afrodescendiente de Kamba Kua recibirá reconocimiento de la Junta Municipal por sus 200 años en Paraguay. Con el paso de los años, preservó parte de sus tradiciones, como la danza al son de tamboriles.

Cada 6 de enero se realiza el Festival  Kamba Kua en homenaje del protector espiritual de la comunidad católica del barrio  Loma Campamento, San Baltasar, uno de Los Tres Reyes Magos.
Cada 6 de enero se realiza el Festival Kamba Kua en homenaje del protector espiritual de la comunidad católica del barrio Loma Campamento, San Baltasar, uno de Los Tres Reyes Magos.

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La comunidad afrodescendiente se encuentra asentada en el barrio Loma Campamento, al costado del hoy Hospital de Clínicas. Anteriormente la zona pertenecía al distrito de San Lorenzo del Campo Grande y a partir de 1939 pasó a formar parte de la ciudad de Fernando de la Mora.

El concejal municipal Víctor Isasi presentó a la Junta Municipal una propuesta para otorgar un reconocimiento a la comunidad que fue aprobada por sus pares y el acto se hará el 4 de marzo. El argumento fue que es la única comunidad afro que supo preservar parte de sus valores étnicos culturales a pesar de las adversidades.

La comunidad está constituida por descendientes de los soldados del general Gervasio Artigas que le acompañaron al Paraguay, entre los años 1820 y 1821. De acuerdo a los antecedentes referidos en su momento por el fallecido director del ballet Kamba Kua, Lázaro Medina, sus antepasados no eran esclavos sino hombres libres que integraban las tropas del citado militar.

Actualmente la mayoría de estos ciudadanos son mulatos, resultado de la unión con blancos. Hablan guaraní y español.

Una de las peculiaridades y que ayuda a preservar parte de sus tradiciones es el festival que se realiza cada año en homenaje a su santo patrono San Baltasar, cuyo día es el 6 de enero día de Los Tres Reyes Magos. De la actividad participa toda la comunidad, personas mayores, jóvenes, adolescentes y niños.

Décadas atrás, desde barrios colindantes se escuchaba el fuerte resonar de los tamboriles cuando practican sus danzas de antaño al finalizar la tarde, atendiendo a que la zona era poco poblada y las calles aún de tierra. Sin embargo, actualmente el peculiar sonido que acompaña a la danza se pierde en medio del ruido de la ciudad, con la mayoría de calles asfaltadas y con gran movimiento de tránsito vehicular.

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