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“Es notable cómo la gente tiene ese sentimiento hacia la empresa. Se acuerdan que cuando eran chiquitos venían con el abuelo y ahora ya vienen con sus hijos. Es una tradición igualmente para el empleado que le toma cariño a la empresa y los clientes también se sienten como en su casa”, reseña Esther Linda Bazán, una de las socias de la empresa sobre estos 70 años de Lido Bar.
En estos años, el Lido Bar se convirtió en uno de los locales gastronómicos más conocidos del país, ofreciendo un menú variado, con platos típicos e internacionales, hechos con materia prima de primera calidad. “Es una de nuestras políticas. Hacerlo perfecto, y eso saben nuestros clientes”, explica María Cristina Dose, otra de las socias que supervisa la cocina.
El personal es un capital valioso para los directivos. “Lo máximo que tenemos, porque es muy valioso. En poder de ellos están nuestros clientes, que vienen y tienen ese sentido de pertenencia”, alude Esther destacando la labor que realizan los colaboradores, de lunes a sábado.
Muchos integrantes del equipo han logrado su jubilación y algunos hijos y sobrinos han seguido la tradición de trabajar en la empresa. “Acá se creó una asociación de empleados. Muchos han comprado sus casas, sus hijos estudiaron, se recibieron”, agrega María Cristina.