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Hay al menos unos 45 puntos clave que se deben manejar puntillosamente para llevar a buen puerto una cooperativa como esta, dijo Konrad Fleitas. Enfatizó que “la honestidad de la gente es la base fundamental y, en segundo lugar, la capacidad de gestión, de gerenciamiento, que se aprende con el trabajo”.
A la iniciativa de 78 agricultores para vender mejor sus productos siguió en su momento la industrialización con la elaboración de aceite de tung. Una fábrica de aceite fue el primer paso, al que sucedieron otros con la incorporación de la industria yerbatera, la producción de aceite de soja, una planta láctea y la procesadora de balanceados.
Emporio
La cooperativa no solamente es una gran empresa que produce bienes y servicios, es un emporio que genera fuente de trabajo y aporta a la economía nacional en todo el territorio. Al menos unas 30.000 familias dependen directamente de las actividades de la cooperativa, sostuvo Konrad.
En la actualidad, la CCU tiene más de 4.000 socios activos y un total de 1.750 funcionarios permanentes distribuidos en prácticamente todo el país a través de sus sucursales y centros de ventas.
Llevar adelante una empresa con tales dimensiones, sin embargo, no es fácil. Es ahí donde se nota el trabajo en equipo y el respeto mutuo entre funcionarios, operarios y directivos. Este fue un año particularmente difícil, subieron todos los costos y los márgenes de ganancias se achicaron, pero con buena gestión se pueden superar los contratiempos, concluyó.