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Durante la pandemia, formaron un Consejo de asuntos económicos para hacer frente a la situación. Se hicieron varios intentos de evangelizar, pero estos no se lograban debido a la cuarentena. Finalmente, este año se hicieron visitas casa por casa: el que anunciaba el Evangelio llegaba hasta la vereda y el que lo recibía se quedaba en su patio. Zacarías dijo que Dios pide que no se pierda a ningún fiel que se ha ganado, por lo que han intentado mantener la fe llevando a cabo misas de manera virtual. Indicó que mucha gente respondió.
Aproximadamente 50 voluntarios trabajaron mediante la parroquia. Una de las acciones de más impacto fue organizar todos los días una olla popular para los hospitales de la zona.