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¿Cuál es la historia de Copetrol?
–Allá por los 70, el Dr. Abraham Zapag, gran visionario, ejercía la profesión de abogado y paralelamente tenía Ñaro, que era un bazar que funcionaba muy bien en aquel entonces. Los principales y únicos actores en esa década del 70 eran la Shell y la Esso, ellos hicieron todo lo posible para que no entrara en el negocio y le pusieron unos volúmenes mínimos para que pueda ser distribuidora.
–Papá entró en un esquema de corporativismo, básicamente tuvo que subsidiar con el bazar durante siete años, pero después logró el objetivo y ahí vinieron otras distribuidoras, los militares se metieron, estaba Lubripar y hoy somos más de 20 actores en el mercado. Nosotros recibimos una empresa con una base sólida, con algunas estaciones de servicios propias que con mucho esfuerzo logró Papá.
–Desde jóvenes ya nos inculcó el valor del trabajo, yo desde los 14 años ya era el chofer del camión de reparto de Ñaro. A los 20 años me casé, en ese momento estaba el famoso plan de los autos movidos a alcohol, fui a Repatriación por dos años a vivir en una casita de madera, pero aprendí un montón de cosas en condiciones muy complejas, después volví y todo me parecía fácil.
–Nosotros somos un grupo familiar muy fuerte, muy unidos con Juan José, con María y Nora, donde recibimos una empresa con una base, pero requería de una reingeniería total. La empresa había florecido, pero se empezaba a marchitar porque la competencia era muy fuerte. Cuando nosotros comenzábamos a hacer el cambio de imagen de una estación de servicios en un año, la Shell y la Esso lo hacían en un mes y lo hacían en todas sus redes.
–Fue una linda experiencia partir de un estado marchito, y le fuimos metiendo. Hicimos la reingeniería, diversificación, había que cerrar el círculo y en aquel momento cero pasivo. Desde el 73 hasta el 2017, Copetrol en esa época tenía el 2% del mercado y ahora llegamos a un 18%, con toda la competencia y las otras 16 empresas más que incursionaron en el mercado, diversificamos en lo que es la parte de transporte del producto en barcaza, tenemos la terminal y hacemos la distribución.
–Hubo años muy buenos, algunos más o menos, también diversificamos en proyectos de alcoholera, hicimos una en Paraguarí, otra en Amambay, mucho de reforestación, básicamente forestación para energía, o sea, lo que hacíamos era hacer las inversiones en las industrias que quemaban como energía fueloil transformamos su caldera y hoy vendemos biomasa, que es una energía básicamente limpia.
¿Cuáles son los desafíos de la familia Zapag?
–Nuestra mayor fortaleza es nuestra unidad familiar y se nos viene una muy buena tercera generación, son 13 chicos de los cuales 10 ya están trabajando a full. Hay mucha gente que por su juventud a veces no les da la oportunidad, pero ellos están todos preparados, con Masterados, es otro nivel al nuestro, yo a los 53 años tengo la tranquilidad de que el esfuerzo de estas dos generaciones está comprobado.
–Para nosotros es un desafío personal, tenemos un gran peso en la espalda porque son más de 6.000 familias que dependen de nuestro trabajo, cada día me despierto y digo, tengo que hacer mi mejor esfuerzo y no puedo decaer porque hay mucha gente que depende de nosotros.
–La diversificación se inició 23 años atrás, cuando me tocó asumir la presidencia de muy joven, con 30 años. Son 13 proyectos que incluyen las fábricas de alcohol, son tres proyectos de forestación y ganaderos. El proyecto de forestación de Villa Oliva son 10.000 hectáreas por ejemplo, donde generamos un polo de producción que irá de por vida.
–El desafío de la familia es generar proyectos, Copetrol es la base en la que, de alguna, manera se sustenta el resto de las empresas. Por ejemplo Cargoline es una armadora con un astillero, solamente en esa empresa –que tiene nueve años– son 700 personas, entre ellos 150 soldadores calificados, porque soldar una barcaza para combustible no es así nada más, entonces hay todo un proceso y estándares que hay que cumplir para hacer una barcaza. Después hay once convoyes que van y vienen con combustible, con granos y así sucesivamente. Nuestro desafío es generar riquezas en el país y de manera descentralizada, buscamos que la migración de la gente del interior no sea tan intensa.
–Estamos muy cómodos como familia porque es nuestra filosofía de vida, esto no está escrito en los estatutos, mi padre lo inició, nosotros, los cuatro hermanos, la seguimos y ahora viene una nueva generación.
¿Cuál es la realidad hoy día de Copetrol en el país?
–Hicimos operaciones y compromisos muy grandes, creo que en la historia no hay una empresa paraguaya que haya desplazado a una extranjera, y ahora vamos por la segunda. Petrobras, que es un monstruo de la región, fue absorbida por una empresa paraguaya. La realidad es que lo que genere a partir del año que viene Petrobras y las utilidades que iban al Brasil, ahora quedan en Paraguay.
–El emblema quedará en principio por cinco años con la marca, también absorbimos 280 personas de un nivel muy bueno, uno de los activos que consideramos de la empresa es el recurso humano, con un nivel muy superior al nuestro. Hay gerentes que tienen mayor conocimiento que yo, que soy el presidente de la empresa, entonces creo que tenemos mucho que aprender de ellos, las buenas prácticas copiarlas y las malas anularlas.
–Estamos en lo mismo también con Axion, donde son más de 200 personas, con las que también tenemos ese compromiso; estamos cerca de definir ese proyecto. Posiblemente tendremos que vender parte de las estaciones de Axion por un tema de mercado, de competencia. Salimos de la línea cero pasivo, tomamos compromisos importantes porque creemos que hoy es una gran oportunidad y posicionar empresas nacionales creo que es aún más importante.
¿Qué compromisos tiene Copetrol con el país?
–Estoy con un proyecto que me vuelve loco, no me deja dormir, hace 15 años que estoy con eso en el norte, en Concepción, donde fuimos comprando tierras, primero para el puerto y ahora conseguí la superficie para una planta de celulosa; sé que voy a tener detractores, pero hoy la parte ambiental está 100% cubierta, y el PIB va a aumentar en Paraguay 3,5, además de ocupar a 40.000 personas de forma directa e indirecta.
–Estoy teniendo buen apoyo de la Seam, del Infona, porque les estoy involucrando también a 2.000 pequeños productores en el proyecto, ese es el sueño; este tema de Copetrol, Petrobras, el de Axion, ni me mueven el amperímetro, mi cabeza está allá. Voy todos los fines de semana, una pobreza y desidia en esa zona, las personas son animales y los animales personas.
–Van a ser 130.000 hectáreas de reforestación y una fábrica de celulosa. La población de Concepción es de 182.000 personas, Concepción va a crecer 1,5 con relación a Asunción, va a ser la primera ciudad no fronteriza que va a crecer geométricamente.
–Estamos arriesgando todo en este último proyecto, metiendo todos los huevos en una misma canasta, algo que normalmente el empresario no hace. Vamos a hacer migrar gente de todas las ciudades cercanas a Concepción, la fábrica va a tener 4.000 funcionarios y el grueso está en la forestación, donde tenemos que plantar todos los años 27.000 hectáreas y eso es prácticamente todo Asunción y Gran Asunción hasta Itauguá, imaginate la gente que necesitás, porque casi toda la labor es manual, excepto la cosecha por cuestión de seguridad.
–Creo que es un proyecto sin precedentes, donde no solo vamos a ofrecer todo lo que nosotros hacíamos como grupo, sino también vamos a recibir aportes de empresas internacionales y asumir un tremendo pasivo, pero no hay otra forma para generar este tipo de proyectos. Para el montaje de la fábrica, que va a partir en el 2020, durante dos años y medio, vamos a necesitar 13.000 personas, solo para la parte de montaje, a parte, todo lo que es la reforestación. En este proyecto se van a incluir 20.000 hectáreas de pequeños productores, estamos haciendo un censo, vamos a meter 2.000 pequeños productores, estamos gestionando los créditos para esas 20.000 hectáreas, que son 2.000 familias que van a formar parte de los proveedores. Hace 15 años que me estoy preparando para esto y con las acciones duras que está tomando este Gobierno, sin apoyar ningún color, porque nosotros somos apolíticos, hay una percepción de la gente de afuera de que este es el momento de hacer inversiones en nuestro país. Porque ya perdimos dos oportunidades, esas fábricas que fueron montadas en Uruguay tendrían que haber estado en Paraguay.