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Roque González de Santa Cruz, oriundo de la ciudad de Asunción, fue un incansable evangelizador que desarrolló una intensa y fructífera labor entre los nativos guaraníes. Durante su tarea misional –que terminó con su martirio a manos de indígenas que se oponían a su labor en un lugar llamado Ka’aro (actual Brasil)– fundó varias reducciones a ambas márgenes del río Paraná, en zonas que hoy son Paraguay, Argentina y Brasil.
En uno de estos viajes misionales hacia el Alto Paraná fundó una pequeña reducción, que 403 años después es la moderna y próspera ciudad de Encarnación. La instalación original de esta reducción estuvo en la margen izquierda del río, donde se encuentra la ciudad de Posadas.
Roque González eligió un sitio del río cercano a una laguna para pasar la noche y en este lugar al día siguiente, con ayuda de los nativos de la zona, fundó el pequeño fuerte que consistió en la instalación de algunas estacas y un puesto.
Una enorme roca que emergía del agua fue tomada como indicador del lugar por el misionero y le sirvió de inspiración para el nombre. Atendiendo a que en la fecha, 25 de marzo, el santoral católico recuerda el día de la Encarnación de María, decidió poner ese nombre a la reducción, con el añadido de Ytapúa, quedando el nombre como Nuestra Señora de la Encarnación de Ytapúa.
La reducción no duró mucho en su lugar de emplazamiento original. Una peste diezmó la población y los permanentes ataques por parte de indígenas hostiles hacían difícil la vida en la reducción jesuítica.
Unos diez años después la misión se trasladó a la margen derecha del río, en inmediaciones de la actual Plaza de Armas de Encarnación, donde se construyó una primera iglesia de madera con techo de paja, de la que no quedan vestigios.
Durante la época de la Independencia este sitio fue cobrando paulatinamente importancia por estar cerca del único lugar de paso del río Paraná autorizado por el dictador José Gaspar Rodríguez de Francia, ubicado en el lugar conocido como Campichuelo, unos 20 km aguas arriba. Francia mantuvo una guarnición militar en la margen izquierda del río, en el lugar conocido como El Brete (actual Posadas, Argentina).
Paulatinamente, la futura ciudad de Encarnación se fue consolidando en torno al puerto de lanchas que conectaba con la vecina orilla, hasta que en la época de Carlos Antonio López se conforma oficialmente como una “Villa”.
Dadas las características geográficas de la zona se fueron consolidando dos grandes barrios diferenciados, la Villa Baja, que crecía alrededor del puerto de lanchas, y la Villa Alta, una zona eminentemente rural. Ambas estaban divididas por una calle, que años después sería bautizada como avenida Mcal. López, que es la arteria por donde pasaban las vías del ferrocarril.
De aquel pequeño paraje colgado a la ribera del río Paraná pasaron 403 años. Actualmente, Encarnación es una ciudad moderna, atractiva, de un importante progreso urbano y considerado polo de desarrollo comercial y turístico de nuestro país.
El aporte de numerosas colectividades de inmigrantes durante los dos últimos siglos contribuyó a configurar una ciudad con características muy particulares, que la convierten en una ciudad cosmopolita, activa y dinámica.