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La locomotora a vapor fue trasladada a Ypacaraí en un camión de carga especial luego de intensas negociaciones entre las autoridades comunales locales y de Encarnación. Los munícipes encarnacenos no querían despojarse de El Inglés.
Finalmente, tras un acuerdo con Ferrocarriles del Paraguay SA (Fepasa) y las autoridades comunales de ambos distritos, cedieron la máquina a Ypacaraí.
El proyecto de las autoridades comunales de Ypacaraí es implementar paseos turísticos entre la ciudad y la vecina Pirayú, en un tramo de 12 km, que podría realizarse desde octubre de este año. La puesta en marcha depende de que el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) repare los rieles en algunos trayectos.
De momento la locomotora funcionará los fines de semana en un paseo por las vías dentro de la ciudad, unas dos cuadras. La idea es que más adelante haga una travesía de 7 km hasta el lago Ypacaraí, otro símbolo del pasado de gloria económica y turística del distrito.
El tren para los ypacaraienses forma parte de su identidad, la esencia misma de la ciudad. Es que el origen de Ypacaraí tiene directa relación con la actividad generada por el ferrocarril Carlos Antonio López en la exestación Tacuaral.
Por la antigua Tacuaral pasaban miles de personas diariamente, entre extranjeros y gente del interior del país. Con el transcurrir del tiempo se fue poblando por personas atraídas por la actividad económica que se generaba en torno a la terminal.
La llegada de la locomotora número 60 emocionó hasta las lágrimas a muchos pobladores que recordaron la llegada del tren cuando eran niños. El humo que despidió la locomotora con la prueba de funcionamiento erizó la piel de más de uno y fueron presos de la nostalgia al ver la máquina en movimiento.
Mientras tanto, los niños festejan el hecho de ver por primera vez un tren en la estación y hacer un recorrido dentro de la ciudad, al mando de Segundo Espínola, oriundo de San Salvador, Guairá, otro distrito formado en la “ruta del tren”.