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“Para nosotros cada producto que sale de los hornos es motivo de orgullo. Es el fruto de la suma de muchos años de trayectoria y saber hacer, con la nobleza del rico suelo paraguayo”, agrega.
Con más de 40 años en el mercado, Cerámica Itauguá es parte de la historia viva y tiene el afán de seguir haciendo historia en la industria paraguaya.
“Nosotros que estamos en este rubro y pudimos ver la cerámica de otros países de nuestro continente, hemos podido comparar las materias primas, y hemos notado que nuestro suelo tiene una calidad de materia prima que no es frecuente encontrar en esos países, tanto en el caolín como la arcilla que son los componentes de nuestros productos”, detalla Soto.
Este diferencial, hace que la producción de Cerámica Itauguá sea tan apreciada también en el exterior.
“La empresa es un motor económico muy potente de la comunidad y de la ciudad. En forma directa da mano de obra a cerca de 200 trabajadores, en un altísimo porcentaje de los alrededores de la fábrica. Así como moviliza a cientos de personas y empresas que le proveen de insumos para la producción”, declara.
La propia fábrica forma a los trabajadores en las áreas en donde se desarrollan, así como también les auspicia los cursos de capacitación que necesiten para volcar esos aprendizajes en la empresa.
En cuanto a tecnología, cuenta con dos líneas de producción con maquinaria de primer nivel que le permite procesar más de seis toneladas de materia prima en forma mensual. “Todo esto operado por compatriotas”, valora.
También destaca que en la historia de la empresa se registra que esta es recuperada por sus trabajadores, un claro ejemplo del valor y el esfuerzo de los paraguayos, que no le tienen miedo a los desafíos, como aquellos próceres a quienes hoy homenajeamos porque nos dejaron la herencia de una nación libre.
“Estamos orgullosos de nuestro pasado como país, de nuestro pasado como empresa, y a esa historia le hacemos honor cada día de nuestras vidas con nuestro trabajo honesto”, finaliza.