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CORONEL OVIEDO (Carmen Colmán, de nuestra redacción regional). Este año al menos 35 niños representaron el pesebre viviente en la casa de doña Ermelinda Núñez viuda de Escobar, como cada año desde hace seis décadas. Esto ya se volvió una tradición en esta ciudad.
San José, la Virgen María, los Reyes Magos, el ángel Gabriel, el Niño Jesús, los pastorcitos, y todos los demás personajes bíblicos son representados por sus nietos, bisnietos, hijos de vecinos y amigos con entusiasmo.
La mujer comentó que sus nietas y nietos que alguna vez representaron el pesebre viviente, hoy se encargan de preparar a sus hijos y sobrinos, quienes con entusiasmo esperan el día de la presentación.
Dijo que lo especial de todo esto es mantener la tradición, vivir la Navidad como una fiesta y sobre todo en familia y con amor.
Doña Ermelinda Núñez revive la historia, que cuenta con mucha emoción, entre lágrimas. Dijo que hace 61 años su marido Miguel Escobar(+) le prometió que irían a Asunción para comprar la imagen del Niño Jesús y así lo hicieron, y la tradición familiar ya lleva dos generaciones.
El pesebre es grande y toda la familia se reúne para aportar algo en el proceso de instalación, con todos los personajes de cerámica, y las frutas tradicionales como melón y sandía, además la flor de coco.
La mujer recordó que cuando nacieron sus hijos empezaron a hacer el pesebre viviente solo entre ellos, y cada año se hacía más fuerte la costumbre, y los familiares y vecinos ya esperaban el día de la función para acompañar a la familia.