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NATALICIO TALAVERA Dpto. de Guairá (Alberto Guido Pérez, corresponsal). Para que salga un buen ladrillo es necesario primero estacionar la materia prima por lo menos cincuenta días, cuentan los oleros de este distrito. A la arcilla, dependiendo de su consistencia, se le agrega otro tipo de tierra, para que el ladrillo salga duro y evitar las grietas, mencionan
Para tener una idea, un equipo de tres operarios “corta” un promedio de 2.000 ladrillos por día. A medida que sale del molde se colocan los adobes en el suelo para su secado. Luego de un par de días se alzan al horno para una cocción de 24 horas y posteriormente se deja enfriar por 48 horas.
“Muchas veces nos toma la lluvia en forma imprevista sin tener tiempo de meter en los galpones en los cuales disponemos para el secado en caso del mal tiempo”, relató el olero, Pascual Isaurralde.
Detalló que entregan en fábrica a G. 320 cada ladrillo. “Los clientes vienen de Villarrica, de los pueblos circunvecinos, también se lleva a Coronel Oviedo, Caaguazú entre otros lugares”, señaló.
Inundaciones
La mayoría de las olerías que se encuentran en las cercanías del río Tebicuarymí sufre las consecuencias del aumento cíclico del nivel del cauce hídrico. En la actualidad, por ejemplo, hay mucha demanda de ladrillos, pero muy poca producción, porque gran parte de las instalaciones están bajo agua.
“Estamos acompañando a los oleros para mejorar su producción”, expresó el intendente, Gustavo Giménez (ANR).
Dijo que se está por concretar la formación de una cooperativa entre las familias que fabrican ladrillos. Expresó que esta actividad es la segunda en importancia en la comunidad; “primero está la caña de azúcar”, señaló.
Añadió que en las olerías trabajan en forma directa al menos 300 personas.