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El constructor culpa las falencias visibles, al poco tiempo de culminar la zona de obra, a las constantes lluvias y a los automovilistas. “Técnicos en la materia aconsejan que una cuneta con pendiente de cierta distancia se debe colorar rompe correntada para regular la velocidad del agua, de lo contrario el raudal destruye todo lo que encuentra en su paso”, dijo Juan Carlos González, uno de los frentistas. La palada inicial de la obra fue en el 2012 y el presupuestos para su ejecución es de unos G. 42.000 millones, que incluye la construcción de 23 kilómetros de empedrados, dos puentes de hormigón de 50 metros de largo y otro de menor envergadura.
Desde el acto de palada inicial solo se construyeron unos 10 kilómetros de empedrado. La constructora no previó caminos alternativos y cuando llueve se dificulta el tránsito en la zona.
Al respecto Edgardo Villalba justificó el retraso por las constantes lluvias y pidió más comprensión de los usuarios del tramo.
“Lo que está mal corregiremos, no podemos ir más rápido porque llueve mucho y la incomprensión de la gente, que no respetan las señales y descomponen el tramo”, dijo Villalba.