Es una actividad que se realiza en la escuela desde hace tres años en el primer grado, en medio de mucha alegría y el entusiasmo de los niños.
La docente Mirne Benítez indicó que los niños aprenden el proceso de elaboración de chipa piru y, a la vez, conocen la tradición.
Dijo que, además, les contó donde nació la tradición de comer pan sin levadura durante los días santos y también escucharon la música paraguaya “Chiperita”, que es una canción dedicada a las vendedoras de chipa.
“Es una manera de que los niños conozcan la tradición, aprendan y, de paso, se diviertan cantando la música Chiperita y dramatizando esa canción”, dijo la docente. Explicó que la preparación de la chipa es una tradición en el país, y aunque la costumbre de la elaboración es casi siempre en familia, hacerlas entre compañeros de grado ayuda a fortalecer solidaridad, socialización y el compañerismo de los niños.
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Durante la jornada de clase, la docente enseñó a el proceso de la mezcla de los ingredientes y la forma en que deben amasar la preparación. Luego los chicos se encargaron de darle la figura de su preferencia a la masa.
“Cada niño aprende cómo deben mezclar el almidón, la harina de maíz, el huevo y los demás ingredientes. Cada uno luego fue armando la figura que quería dar a su chipa”, dijo Benítez.
Cada niño trajo un poco de cada ingrediente de su casa, y de esa manera se juntaron unos cinco kilos para la elaboración de la chipa.
La docente, además, les enseñó a los varones cómo deben colocar la preparación dentro del horno, extremando cuidados, para evitar sufrir alguna quemadura.
Asimismo, a las niñas les enseñó cómo deben ser coquetas y cordiales al bailar la música de “La chiperita” o al vender sus productos. Luego del proceso de aprendizaje los niños degustaron la sabrosa chipa.
“Comimos la chipa en el aula, y lo que quedó fuimos distribuyendo entre los niños para que lleven a sus casas. En total, se hicieron unas 50 chipas”, dijo la docente.
