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En ese sentido, instó a las nuevas autoridades políticas y administrativas del Paraguay a trabajar sobre ese punto y comenzar a desarrollar un plan de equidad social, para que las riquezas puedan llegar a los lugares más necesitados del territorio nacional.
Por otro lado, el párroco local, padre Milciades Ortigoza, y su vicario, presbítero Alberto Zaracho, ambos de la congregación de Sagrado Corazón de Jesús de Betharram, aprovecharon el momento para recordar que la comunidad sigue aguardando que las autoridades de la Secretaría de Nacional de Cultura venga a realizar un informe sobre la pared derrumbada del templo jesuítico, construido por los misioneros jesuitas entre los años 1746 y 1747.
A pesar de que la denuncia de la caída de la pared de adobe se hizo semanas atrás, hasta ahora, ninguna autoridad nacional se acercó al lugar para interiorizarse del caso, dijo el padre Milciades.
Las paredes del templo están debilitadas ante la falta de mantenimiento.