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LIMA, Dpto. de San Pedro (Omar Acosta, corresponsal). Los oleros fueron los más afectados por las últimas inundaciones, debido a que normalmente se instalan cerca de los cauces hídricos para abaratar los costos de la obtención de la materia prima.
Las fuertes y continuas precipitaciones registradas en la zona les obligó a abandonar la producción hasta hace un par de semanas atrás.
La paralización de la producción les dejó con millonarias pérdidas económicas y sin posibilidades de seguir trabajando.
Tras la reactivación de la producción, los trabajadores de este distrito comercializan en esta zona de San Pedro a G. 400.000 cada mil ladrillos.
Retoman la producción, luego de casi ocho meses, con la esperanza de un futuro mejor y la posibilidad de mejorar sus ingresos económicos.
Adelio González, un pequeño productor, comentó que desde hace 8 años trabaja en la olería y en época de pocas lluvias logran obtener algo de ganancia para el sustento familiar.
“Si todo va bien, logramos quemar y sacar 20.000 ladrillos al mes. Con el costo de esto salvamos la alimentación diaria”, sostuvo.
Los que cuentan con olerías pequeñas implementan la mano de obra familiar en la producción y la tracción animal para la mezcla de la materia prima para la fabricación de adobe. En pequeños hornos queman los moldes con cuidado y logran sacar buena producción de ladrillos.
Los grandes productores también ya pusieron en marcha sus maquinarias eléctricas para la preparación de adobe y cortes.
Todo lo producido en este distrito abastece el mercado local, que durante las inundaciones recurría a los ladrillos de Tobatí (Cordillera) para cubrir la demanda.