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La celebración se realizó a partir de las 09:00, en la explanada del Santuario Dulce Nombre de Jesús, a la que asistieron cientos de feligreses.
Durante su homilía, monseñor Giménez se refirió nuevamente al trienio dedicado a la Juventud, que se inició el 8 de diciembre pasado, en las festividades de Caacupé.
En ese sentido, lanzó un mensaje a los jóvenes para ir erradicando los vicios que los acosan y los destruyen como el alcoholismo y la drogadicción, que los hace perder la esperanza y las ganas de salir adelante. Resaltó que es posible dejar estos vicios con la ayuda de las familias, abrazadas a Cristo Jesús, como fortaleza.
Finalmente, los exhortó a seguir practicando valores como la honestidad, el amor al prójimo, la justicia y el servicio hacia los más necesitados.
Luego del acto religioso, se realizó la tradicional procesión por los alrededores del templo, con el acompañamiento de las imágenes de los santos protectores de cada comunidad eclesial de la localidad y la banda de músicos de la Dirección de Material Bélico (Dimabel), asentada en la ciudad.
Según el relato, la imagen de Ñandejára Guasu, venerada en Piribebuy, fue encontrada en la zona de Caaguazú Hû, actual Pedro Juan Caballero, en medio de las selvas vírgenes, envuelta en cueros por los mensú e indígenas que trabajaban en los obrajes de yerba mate de la región.
Fue trasladada a la zona de Cordillera por unos mercaderes en el siglo XVI.