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CAAGUAZÚ (Carmen Colmán, corresponsal). Lo que se constituía hace algunos años como un bosque regado por el arroyo Morotî hoy solo es un triste parador de comidas.
Anteriormente el Parque Guayakí era una reserva natural con diferentes especies de árboles nativos y animales silvestres, que hoy desaparecieron y solo abundan los basurales y un olor nauseabundo debido a los desechos de cerdos y gallinas que son criados en el fondo de los puestos de comida que funcionan en el sitio.
Si bien la tradición de hacer una parada y degustar un delicioso plato de caldo de gallina casera, kure chyryry (cerdo frito) y otros platos se mantiene, la imagen de dejadez que se proyecta es vergonzosa.
Las autoridades encargadas de conservar el lugar, como la Secretaría Nacional del Turismo (Senatur) y el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), deberían recuperarlo, atendiendo las características naturales que aún quedan de él.
Se pueden salvar y volver a convertirlo en un espacio de descanso para los viajantes y a la vez protegiendo la naturaleza.
Consultado al respecto el gobernador Mario Varela (ANR), quien en su campaña política había prometido atender los espacios de este tipo en el departamento, indicó que se están trazando proyectos con la Itaipú Binacional en los que figura la recuperación del parque.