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Desde antes de ingresar al antiguo edificio se puede observar el carruaje que perteneció a Madame Lynch, que conserva las dos ruedas traseras con el sello del fabricante con la dirección y la inscripción “París”. Según datos históricos, la carreta data de 1864 y servía para transportar las pertenencias de la esposa del mariscal Francisco Solano López.
Otra de las atracciones es una ropa que pertenecía al sargento boliviano Enrique Bozo, quien cayó prisionero durante la Guerra del Chaco. Según una publicación de un diario de la época, la chaquetilla fue obsequiada por la firma estadounidense Standard Oil Company al ejército del vecino país.
En el museo también se pueden apreciar granadas de mortero que no explosionaron durante la Guerra del Chaco, instrumentos musicales antiguos, además de sables de la época de la Guerra de la Triple Alianza y varios otros objetos añosos, fotografías y retratos muy bien conservados. También en el lugar se pueden observar varias pinturas del artista ruso Vladimiro Kompanietz.
“Ahora que es vacaciones de invierno, igual los niños y jóvenes llegan al museo. En muchas ocasiones vienen familias enteras a ver lo que tenemos aquí. Los extranjeros que visitan la ciudad siempre pasan por aquí”, aseguró el encargado del lugar, Miguel Antonio Ibáñez.
El local histórico está ubicado sobre las calles Mariscal Estigarribia esquina Carlos Antonio López y fue un cuartel en la época colonial. La última restauración se realizó en 1998.