CARAYAÓ, departamento de Caaguazú (Carmen Colmán, de nuestra redacción regional). Esta comunidad se vistió de gala y con una masiva concurrencia disfrutó de la tradicional y colorida fiesta patronal, en honor a los santos protectores del distrito, Los Tres Reyes Magos.
La celebración eucarística fue presidida por monseñor Juan Bautista Gavilán, obispo de la diócesis de Coronel Oviedo, junto a otros párrocos.
En su mensaje a la comunidad de Carayaó, el religioso habló acerca de la importancia de la caridad, que las personas deben vivir para servir y convertirse en una luz de esperanza en sus alrededores.
Unas 500 personas participaron de la misa que se realizó en el tinglado municipal “Los Tres Reyes”, previendo la inclemencia del tiempo.
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En la ocasión, se entregó un reconocimiento al padre Miguel Cáceres, párroco de la capilla Cristo Redentor de Coronel Oviedo, oriundo de la ciudad de Carayaó, donde también estuvo al frente de la parroquia, por sus 30 años al servicio sacerdotal.
Una vez concluido el oficio religioso, se realizó la acostumbrada procesión por las principales calles de la ciudad, adornadas con globos y guirnaldas por los vecinos. Estuvieron acompañados por la tradicional “bandita” al ritmo de músicas habituales de la Iglesia Católica al venerar a los santos. También los jinetes de la zona que, relucientes sobre sus caballos, adornaron la marcha de fieles que cada año participan activamente de los festejos patronales de la ciudad.
Mantiene la tradición
Carayaó es uno de los distritos en los que se conserva la tradición de realizar las fiestas taurinas y equinas, congregando a una importante cantidad de personas que llegan desde varios lugares del país para ser parte de esta fiesta.
El viernes pasado, tuvo lugar en el ruedo taurino “Santiago y Felipe”, de la ciudad, la primera corrida de toros con unas 2.500 personas presentes; el sábado se realizó la fiesta social igualmente con una gran afluencia de gente, y el domingo la tradicional jineteada. Ambas jornadas marcadas por la destreza de los jinetes y domadores que se ganaron los aplausos de los presentes.