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Otros dijeron que “con el bajo precio que nos pagan, entregamos fiado, nos deben, necesitamos nuestra plata, tenemos muchos gastos, las estaciones de servicio no nos esperan por el gasoil, el pelador o cosechero trabajan al contado y prácticamente no sobra nada”.
El precio fue de 123.000 guaraníes por cada tonelada, cuando tres años atrás se pagaban 220.000. Tratamos de comunicarnos con Pedro Montenegro, directivo de la firma azucarera. En la primera llamada nos identificamos y cuando preguntamos sobre esta situación se cortó abruptamente la llamada y en los siguientes intentos ya nadie contestó.
Este rubro en los últimos años fue muy golpeado, bajó mucho el precio, los labriegos no pudieron entregar todo, algunos casi nada, otros fundieron sus parcelas plantando otros productos y, peor, la fábrica de Iturbe se cerró.