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SAN JUAN NEPOMUCENO, Dpto. de Caazapá (Antonio Caballero, corresponsal). Lucio Martínez explicó que anteriormente se dedicaba a los cultivos tradicionales como mandioca, maíz y algodón, por citar algunos rubros. Pero hace 20 años pasó a dedicarse a la producción de verduras, viendo el enorme mercado insatisfecho que tiene San Juan Nepomuceno. Cuenta que nunca se arrepintió.
El labriego relata que no dejó del todo la agricultura tradicional porque sigue cultivando mandioca que comercializa en la fábrica de almidón de Santa María, además de otros cultivos para el consumo familiar.
En cuanto a su huerta, detalla que tiene una hectárea cultivada, cuenta con sistema de regadío por goteo o por aspersión, además de varios invernaderos construidos por él mismo. Comentó que su inversión en la huerta está cercana a los G. 100 millones.
El mercado donde vende sus productos está en San Juan Nepomuceno y no da abasto a la demanda. Le faltan productos, especialmente tomate, locote, lechuga, repollo y hasta verdeo como cebollitas. Comentó que cuando comenzó con la venta de verduras, debido a que él es el productor y además comercializa personalmente, dijo que las compradoras le decían que cebollitas y otros verdeos solo se tenían en la huerta para autoconsumo porque se vendía muy poco. Pero hoy en día eso cambió y representa un rubro importante, tanto la venta de perejil como la de hojas de cebolla.
Asimismo, dijo que su huerta cuenta con tres trabajadores en forma permanente quienes son ya expertos en la producción de verduras. De humilde agricultor, Lucio Martínez se convirtió en un patrón de la compañía Santa María, mediante el trabajo constante y la disciplina técnica.
Por último, sobre las intensas heladas de la semana pasada, el productor comentó que experimentó con calentar el interior del invernadero para proteger los cultivos. Decidió hacer humo adentro para mantener la temperatura, y finalmente resultó.