La verdolaga es una planta considerada yuyo, suculenta, muy rica sobre todo si la acompañamos con tomate en ensalada, pero no es aconsejable cocinarlas. Es además indicadora de suelo rico, orgánico. También tenemos la hoja del diente de león que crece en cualquier parte en nuestro país, de muy fácil propagación, extremadamente depurativa, ideal para utilizarse cuando se tomó muchos antibióticos. Es mejor evitar las hojas más viejas que son las que están debajo de la planta ya que serían muy amargas. Si las utilizamos como depurativos, es mejor consumirlas en ayunas.

En general las plantas con sabor amargo son digestivas y las con sabor picante como el caso de la capuchina o taco de reina son buenas para las vías respiratorias. De la capuchina en realidad se puede comer prácticamente toda la planta, sus hojas son de sabor picante semejante al berro, los botones florales dan un sabor muy especial a las ensaladas y ni qué hablar de sus hermosas flores que van desde el blanco sucio hasta el coral. Sus semillas cuando todavía no están muy maduras son consideradas como falsas alcaparras, y es muy similar su sabor.

No debemos olvidarnos tampoco de la flor de las cucurbitáceas (zapallo), muy utilizadas en la cocina italiana, rellenándolas con carne, o queso, o choclo resultan deliciosas. De sabor similar, son las flores del pepino, que podemos empanarlas y freírlas.

Tampoco podemos dejar atrás los pétalos de las rosas, que cristalizándolas con azúcar al igual que las violetas o los pensamientos resultan en apreciados bocaditos dulces que engalanan cualquier mesa de dulces. Además está el agua de rosas tan utilizada sobre todo en la comida árabe.

También tenemos a la caléndula, cuyos pétalos de sabor levemente apimentado y con un dejo de gusto a limón podemos usarlos en las ensaladas verdes dando color y sabor tanto a platos fríos como calientes, como ser arroz, sopa, pescados, quesos, omelets, etc.

Importante también es recordar las flores de algunas aromáticas como ser la albahaca, con un sabor bastante concentrado ideal para condimentar vinagres y aceites. Además tenemos el crisantemo cuyos pétalos tienen un sabor ligeramente picante, aromático que dan textura y adornan las ensaladas y otros platos. Las hermosas flores azules de la borraja, cuyo sabor se parece levemente al pepino, podemos cristalizarlas o usarlas para saborizar vinagres por ejemplo teniendo cuidado de no utilizarlas en mucha cantidad ya que pueden tener un efecto diurético. Sus hojas jóvenes pueden ser utilizadas en ensaladas.

Si de té habláramos, no debemos olvidarnos del jazmín, que además puede dar un toque especial a nuestra jalea de manzanas.

Pero lo más importante a recalcar: Precaución, a la hora de comer las flores y plantas de nuestro jardín o terreno. Debemos estar seguros de que no hayan sido sanitadas con defensivos químicos o en su defecto respetar el tiempo de carencia que está establecido en las etiquetas de los productos.

Asesoró: Nelly Jara, jardinera.