"Hay un sofá de Quality, el comedor es de la fábrica de caña de mi abuelo en Altos que restauramos, es antiguo y lo recuperamos. La mesa de comedor es de trébol, tiene una línea muy sencilla, a ella acompañan las sillas de rattán".
Las ventanas de blíndex se dejaron sin cortinas para aprovechar la luz y el paisaje. En la entrada hay un jardín japonés con flor de loto, camalotes, con relajante sonido que viene de una fuente de agua con bambú, pasto y piedras.
Las obras de arte son de Edith Jiménez, Félix Toranzos, Lucio Aquino, y un cuadro japonés enorme.
Se destaca un regalo de la emperatriz Michico. En una mesa tenemos todo lo especial que nos recuerda a mi abuelo que era japonés", nos explican.
LOS SIMBOLOS
La pileta es solo para masajes, con banquitos, y ahí también hay un jardín japonés con pinos y piedras. Al borde de la piscina hay una jaula de la India con velas.
Los adornos navideños ya están preparados, arreglos con luces, un pesebre paraguayo de madera tallada. Y muy cerca una botella de aceite y pétalos de rosas.
Un arbolito de hierro que parece un espiral enorme rompe la típica imagen, sus giros se suavizan con unas cintas y angelitos artesanales de tela. Abajo ya hay algunos regalos. Son parte de culturas de las que se ha tomado lo mejor.
El proyecto es de los arquitectos Augusto Barrail y Emilia Vera.
Esta residencia es de Yumiko Udagawa quien la decoró con su hermana Fátima Udagawa.