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Lo ideal es diseñar un sector exclusivo para este deleite entre las principales áreas sociales de la casa, como la sala y el comedor. Existen elementos que no pueden faltar. Por ejemplo, una mesada donde se coloquen copas y vasos, y por lo menos dos a tres banquetas, además de los estantes para exhibir las bebidas. Recuerde que un espejo nunca está de más, y es de gran utilidad cuando el sitio es reducido, ya que su función es ampliar visualmente el ambiente. El Arq. Mauricio Giménez diseñó unos espejos con marcos y cuadrillé que simulan ventanales.
Mientras que en la obra de la Arq. Bárbara Staudt se decidió ocupar un panel en la pared que sirve de divisoria entre la sala y la cocina comedor. Los nichos con luces direccionales se enmarcan con un revestimiento de porcelanato.
La iluminación es preponderante en un lugar de trabajo y degustación para poner en marcha los sentidos y apreciar las mezclas.
La Arq. Natalia Duarte propone el bar con una mesa de madera y metal y pequeñas puertas ciegas abajo con una espectacular vidriera abierta para las más variadas botellas, cocteleras y champañeras. Bandejas de plata y vasijas de gran porte se acomodan con elegancia.
No olvidemos que también es necesario contar con un pequeño sector de lavado de copas con una bacha en un lugar discreto. Si quiere que sus vinos estén a buena temperatura elija electrodomésticos que los mantendrán en condiciones. Una pequeña heladera que produce hielo en cubitos, y todos los accesorios para quedar como el más connotado sommelier le imprimirá mayor brillo.