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El trabajo consistió en fabricar terrazas con materiales, piedras de obra, que forman muros de contención. Las plantas de borde son pasto inglés, encaje doble, y ligustro japonés que marcan y suavizan las líneas del jardín.
La solución para el agua es un sistema de drenaje con un caño colector, conectado al desagüe pluvial.
Se optó por plantas colgantes para lucir las terrazas escalonadas.
Mientras que en los lugares en que se tenía una planicie se utilizó otro tipo de plantas de vista, por ejemplo, crotos y algunas especies con espinas originarias del lugar.
El ligustro japonés forma los cercos vivos, marcando las escaleras y el césped brasilero que tapiza la mayor parte de las superficies.
Se mantuvo y se respetó un lapacho rosado, aplicando el saneamiento, luego una poda y se lo puede ver en el centro del jardín superior. El paisaje se completa con flores de estación que dan el toque de color.
FACIL DE MANTENER
El jardín es de fácil mantenimiento y control, a pesar de sus alturas. Anteriormente el agua erosionaba la superficie y era imposible que el pasto y las plantas estuvieran sanos.
Todo jardín necesita ser alimentado con los minerales necesarios, el abono y las plantas de estación deben ser cambiadas cada 3 a 4 meses, de acuerdo a la época. Ahora empiezan a aparecer las petunias, botones de oro, coralitos, etc.
Este jardín fue realizado por las arquitectas María Eugenia Bacigalupo y Soledad Bogado.