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Agrega la profesional que la coraza, además, les sirve para protegerse de sus depredadores, retractando sus partes blandas en ella; también los protege de las variaciones extremas del clima con el fin de que puedan hibernar (capacidad que tienen ciertos animales para adaptarse a condiciones climáticas extremadamente frías), cuando se encuentra a temperatura muy baja. Y, por el contrario, cuando la temperatura ambiente es superior a 30 ºC, realizan la estivación, un letargo o inactividad que se produce por un descenso en la actividad metabólica, como respuesta a las condiciones extremas y periódicas durante el verano o estación seca.
La reproducción
Indica la profesional que los caracoles son hermafroditas, es decir, su aparato reproductor genera tanto espermatozoides como óvulos, pero deben acoplarse porque no pueden autofecundarse. Poseen un órgano reproductor masculino y un receptivo correspondiente.
Otros tipos de caracoles como los de jardín “se inseminan uno al otro para fertilizar internamente los óvulos; la cópula (acto sexual entre un macho y una hembra) se realiza generalmente de noche y dura en promedio entre 4 y 7 horas. Luego depositarán los huevos en un hueco que realizan en la tierra, y estos eclosionarán 15 días después. Los pequeños caracoles salen del huevo con una pequeña concha (cobertura dura, rígida y exterior que poseen ciertos animales) que crece en espiral a medida que ellos se desarrollan”.
La doctora señala que los caracoles, terrestres y acuáticos, son portadores de muchos parásitos que infectan a los animales que ingieren; se les consideran vectores de la gripe. También son hospedadores de parásitos del hígado de los rumiantes.